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Sonia Barbosa

Explorando el Paraíso en moto

San Pedro de las Montañas

Bien hace honor a su nombre esta pequeña aldea sumergida en la Asturias profunda, la que tanto me gusta descubrir y tanto me enamora y es que, San Pedro, pervive empozado entre las verdes montañas del extenso concejo de Cangas del Narcea. Hasta allí nos iremos en esta ocasión para descubrir este tesoro escondido, sus rincones y sus gentes. ¿Me acompañáis?.

  

 

Eran aproximadamente las 16:00 horas cuando Gema, cuyo blog podéis seguir en el siguiente enlace www.viajandoconmicamara.com   Carlos y yo salimos de Máñores, donde habíamos visitado la cascada de la Igualta, rumbo a este resquicio de paz cuyo nombre oí por vez primera en las palabras de una viajera asidua del autobús. Ubicado a 600 metros de altura, simplemente con su nombre, logró encandilarme y pasó a formar parte de mi libretas de “lugares pendientes”, para mi gusto demasiado tiempo. Ese día nos alejamos del resto del mundo para adentrarnos en una maraña de paz y tranquilidad. Al poco de salir de Cangas del Narcea, nos desviamos de la AS-15 hacia la CN-3 en donde un cartel indicativo nos avisa de que nuestro destino se encuentra a unos 20 kilómetros, durante los cuales, los diez primeros podremos gozar de un asfalto  prácticamente perfecto y, lo mejor aún, unas vistas que nos dejarán boquiabiertos. Tal fue así que era imposible no hacer una parada en el camino y en L´Altu Santarvás descansaron nuestras motos mientras nosotros, atónitos ante lo que teníamos ante nuestros ojos, nuestra Asturias, no parábamos de  “disparar” nuestras cámaras tratando de inmortalizar lo inimitable, la descomunal magnitud de la belleza de nuestros paisajes.

 

 

 

 

Hacia el otro lado las vistas no tenían nada que envidiar a éstas y, en la ladera, descansaban las viviendas del pueblo conocido como Trones, desde el cual mi “viajera” me había comentado que, en ocasiones, podían disfrutarse de auténticos mares de nubes.

 

 

El asfalto comienza a empeorar y la amplitud del paisaje se concentra en un espeso arbolado que, en ocasiones, parece arroparnos en nuestra ruta. Con precaución por los continuos parches en la carretera, conseguimos llegar a San Pedro  donde el sonido de nuestras motos enturbió el silencio reinante.

 

 

 

Estacionamos junto al Centro de Interpretación del Oro de las Montañas que, tristemente, hoy tenía sus puertas cerradas(para visitas llamar a los siguientes  números de teléfono: Oficina de Turismo 985 811 498 y Ayto 985 813 812).

 

 

Desde hace unos 13 años muestra los pueblos prerrománicos que habitaban el territorio(los Pésicos) en sus 4 áreas definidas: oro y roca, el oro de los Pésicos, el Imperio de las Montañas y la ruta del oro a través de un complemento clave que es una ruta de senderismo que discurre por la zona y que toca en su recorrido restos de antiguas explotaciones de oro romanas, destacando por su monumentalidad el “Carcavón de Sanfliz”.

 

 

Nos bajamos de nuestras motos y comienza nuestro recorrido por esta aldea que, sin conocerla, ya nos ha enganchado. No hemos podido tener mejor recibimiento y es que alguien ha querido salir a saludarnos.

 

 

Aunque no parecía ser el único que salió a recibirnos.

 

 

No pasa mucha gente por esta zona y ávido de mimos, nos lo hizo saber enseguida.

 

 

 

 

Como pudimos y, tratando de no pisar a nuestro acompañante, descubrimos los rincones de San Pedro.

 

 

 

 

 

Detalles.

 

 

 

En un corto ascenso y entre árboles, se alza su iglesia.

 

 

 

Desde la cual, una ventana se abre al paraíso.

 

 

Y volvemos sobre nuestros pasos reencontrándonos con nuestro “peludito”.

 

 

 

Quien, pese a querer venir con nosotros, acabó finalmente en manos de su dueño.

 

 

Desde luego que no olvidaremos el recibimiento que nos hizo pero tampoco la despedida que disfrutamos en compañía de José Manuel, uno de los lugareños.

 

 

Nos contó que toda su vida anduvo en moto y que tuvo siete en total y que, por su experiencia, no continuemos por esa carretera(por su mal estado) sino que volvamos atrás puesto que podría ser peligroso. Su simpatía llegó a tal punto que nos ofrecía quedarnos en el pueblo por si se nos hacía tarde. Nos preguntó qué moto era de cada uno y nos aseguró que no le importaba para nada salir en las fotos ” de cara”. Así que le hicimos caso.

 

 

Si hay algo que llenan estos relatos no son solo los paisajes que me encuentro explorando el paraíso sino que a ellos le acompaña la importancia de las personas que ruedan a mi lado y, por supuesto, los lugareños. En este caso, José Manuel ha puesto el broche de oro a esta crónica dándole no solo un carácter informativo para dar a conocer su aldea, sino también humano. Sobre nuestras motos y con la sonrisa de este hombre, nos despedimos de él y de nuestro “peludin”, diciéndoles un “hasta pronto” porque después de esta grata experiencia de la que fueron partícipes, estoy segura que volveremos a verles.

Explorando el Paraíso en moto con Sonia Barbosa Silva

Sobre el autor

Si existe un lugar privilegiado por sus sinuosas carreteras y sus paisajes "de infarto"en el que rodar en moto se convierte casi en una 'necesidad', llama ASTURIAS, que bien merecido tiene que la llamen Paraíso Natural. Mi afición por este mundo ha hecho que me decida a escribir este blog en el que me gustaría enseñaros rincones curiosos, atípicos, poco conocidos, quizás pueblos 'colgado' en las montañas y sus peculiaridades contadas por los lugareños. Porque no hace falta viajar miles de kilómetros teniendo lo que tenemos en nuestra 'tierrina' (aunque puntualizo porque en el blog haré referencias también a nuestra vecinas Cantabria,Galicia o León, no se nos vayan a celar). Basta con tomar ese desvío de la carretera general por el que hemos pasado un montón de veces, que no sabemos muy bien a dónde va, pero que nos 'magnetiza'... Así que os invito a que cojáis vuestras motos y exploréis conmigo... ¿Me acompañáis?


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