Noviembre se va despidiendo y con él, otro mes otro mes plagado de incertidumbres. Otro día de descanso laboral en el que huyo del tráfico constante diario, de ires y venires de aglomeraciones de gentes, de lo habitual, en fin, en búsqueda de tranquilidad y paz y nuevos rincones del paraíso. Fue Robe J.Fernández quien me descubrió este lugar y es que, si hay una fuente importante de información es, sin duda, el boca a  boca. Sin pérdida de tiempo, en cuanto pude me escapé hasta el concejo de Riosa, lugar en el que se encuentra. Viajemos hasta un trocito de la historia de Asturias, viajemos hasta el poblado minero de Rioseco, las minas de Texeo y, cómo no, hasta su mirador, desde el cual podremos contemplar el maravilloso enclave natural en el que se encuentran.

Desde la A-66 tomé la salida 35 hacia Soto de Ribera y, por ella rodé pocos kilómetros hasta enlazar con la AS-231 en el desvío”La Foz/Riosa”. Estamos en la base del mítico e imponente Angliru y eso se hace notar.

 

 

 

 

En el pueblo de La Vega me desvié hacia la RI-6 durante la cual, en sus 6 kilómetros de recorrido, fui descubriendo nuevos rincones escondidos de la Montaña Central, atravesando pueblos como Fresneda,  Panderraíces, La Cantera, San Adriano..

 

 

 

Y, como de costumbre, parando cada poco para poder echar la vista atrás.

 

 

En algunos tramos, la carretera se oscurecía por la sombra de los árboles que la abrazaban haciendo de ellos, zonas más peligrosas pero no menos atractivas.

 

 

 

El otoño está en pleno apogeo.

 

 

Entre fotos y más fotos y paradas y más paradas saboreando cada curva del trayecto, llegué al pueblo de Llamo y allí estacioné  a mi “Trailera“.

 

 

Podría decirse que mi compañera de rutas se quedó muy bien acompañada mientras yo me preparaba para comenzar a explorar.

 

 

En el pueblo, el silencio se veía interrumpido por la música del discurrir del agua, la cual parece ser que tenía bastante importancia.

 

 

 

 

Y si una bolsa se moja, sencillo es poder secarla al aire. Esto nunca lo había visto.

 

 

En algún balcón, un slogan que define lo que este blog lleva enseñando durante sus casi seis años de existencia.

 

 

No hay cabida para el aburrimiento con esta oferta.

 

 

Aunque yo me dediqué a “lo mío”. Eso tendré que dejarlo para otra ocasión y anotarlo en mi libreta de “pendientes”.

 

 

 

Eso sí, tocó remangar un poco el pantalón de la moto que aquel barrizal era digno de ello.

 

 

Por el camino, me encontré con la belleza de los detalles que solo podemos encontrarnos en nuestra Asturias.

 

 

 

 

El río Llamo discurría tranquilo y, desde él, comencé la subida hacia mi destino de ese día.

 

 

 

No tardaron en verse las tres casas del Poblado Minero de Rioseco.

 

 

 

Según la información que tomé de los paneles explicativos que os encontraréis en el lugar, el poblado estaba integrado por cinco edificios propios de la titular: la casa del director o “Casa de Ingenieros”, la de servicios, donde se ubicaba la cantina, oficinas y economato, hoy en día desaparecida, y los tres edificios para viviendas de los obreros; aparte y, alejados de los anteriores,  existe un edificio destinado a cuadro de caballerías. Se tratan de edificaciones exentas que recuerdan el tipo de casa ferroviaria, de inspiración inglesa en vivo contraste  con la arquitectura rural local. Así, la de mayor tamaño, o “Casa de Ingenieros” destinada a los técnicos, abunda en espacios amplios y confortables dotada de chimenea, encontrándose separada del resto  para marcar un distanciamiento social. El conjunto edificado se aproxima a unos 1000 metros cuadrados , contando con servicio de agua propio en todos los edificios, así como electricidad a partir de 1947.

A lo lejos, podemos apreciar ya el mirador, inaugurado en el año 2015.

 

 

 

 

 

 

El descubrimiento casual de las minas de Texeo en 1888 por parte del ingeniero belga A.Van Straalem representó el punto de partida para la reanudación del aprovechamiento de minerales de cobre en la zona del Aramo.Los trabajos de reconocimiento de las antiguas labores mineras  evidenciaron la existencia de numerosas galerías  y pozos en toda la zona, con la aparición de elementos que permiten datar una actividad  de hace 4500 años. A continuación del descubrimiento de las labores antiguas, se iniciaron trabajos para su recuperación y nueva estructura minera, reanudándose la explotación en 1897. La compañía The Aramo Cooper Mine Ltd, de mayoría de capital inglés, se estableció en la zona de Rioseco, al pie del Aramo, un poblado minero donde alojar a los trabajadores, iniciándose los trabajos de construcción en 1892(información tomada de la página del Ayuntamiento de Riosa).

Continué ascendiendo un poco más para llegar hasta el mirador.

 

 

 

 

Solo pude quedarme sin palabras antes las vistas que me ofreció.

 

 

 

Y desde más arriba, el “socavón”

 

 

 

 

 

Un breve paseo por la historia de Asturias en un lugar en el que se data actividad hace ya unos 4500 años. Estas minas de cobre son consideradas por muchos investigadores como uno de los yacimientos más antiguos e importantes de Europa. De vuelta sobre mis pasos y de retorno a Llamo, me subí a mi moto sabiendo que había estado muy bien custodiada durante mi ausencia y diciéndole un “¡hasta luego!” a un concejo que tiene muchos rincones por descubrir: Riosa.