Día soleado y temperaturas agradables en Febrero. Era la ocasión perfecta para ir a conocer un lugar que mi amigo Jorge Lopes me había recomendado hace unos meses y que, gracias a Fernando Fanjul, compañero de profesión, y a sus fotografías en redes sociales sobre el mismo, me refrescaron su desconocida existencia. En el garage, “Maya” me esperaba ansiosa para salir a rodar . La AS-17 se convirtió en nuestro pequeño paseo durante unos 15 kilómetros hasta Posada de Llanera. En mi mochila, una ensalada, una botella de agua y, por supuesto, mi trípode, mi fotógrafo particular en estas exploraciones por el paraíso.
Poco tráfico y asfalto húmedo fueron las notas predominantes. La precaución en zonas sombrías se convirtió en una máxima. Subiendo el Alto de la Miranda, a ambos lados, relucía el inconfundible verde de los paisajes asturianos. En Posada de Llanera, nos desviaremos hacia la derecha para continuar unos 5 minutos por la AS-373 donde, tras pasar San Cucao, nos desviaremos a la izquierda hacia la LL-6 durante unos 2,5 kilómetros. Una vez hemos dejado a nuestra izquierda el área recreativa de los Covarones, a la derecha una carretera estrecha pero bien asfaltada será la antesala a nuestro destino de hoy.
Pocos metros de una pista de tierra nos llevan a la entrada de este pequeño paraíso asturiano.
`Parece ser que no era la única en el lugar.
El termómetro marcaba 14 grados de temperatura. Algo que, en Asturias y, esta época, había que aprovechar. Una pequeña bajada de tierra es el acceso al lugar en el cual, lo primero que nos encontramos es el Refugio de la Nora.
A mi derecha, la espectacular imagen que tantas veces había visto en internet y que fue, precisamente, la que me impulsó a acercarme hasta este rincón.
El río Tuernes nace en la Sierra del Águila; en su t6ramo bajo discurre, antes de desembocar en el rio Nora, entre las localidades de Tuernes y Agüëra en Llanera. Los Covarones del Río Tuernes es un caprichoso paisaje kárstiko surgido de la erosión natural de la roca caliza por la acción del río a lo largo de los siglos.
Los tramos de cueva están iluminados por luz natural a través de ventanas, fruto del hundimiento de las bóvedas y de la acción del agua. Su estado de conservación es excelente.
Las zonas subterráneas son visitables en verano con poco caudal pero han de utilizarse técnicas de espeleología, por lo que no se recomienda el uso para el público en general salvo que vaya acompañado por guías especializados.
El hambre apretaba y qué mejor lugar que aquél para calmarla. Estaba en un comedor de lujo, sin duda.
Una estupenda manera de cargar pilas para continuar un día que se había iniciado de una de las mejores maneras que conozco: en moto.
¡Nos vemos en la próxima ruta!. V´SSS.
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