Esta semana nos vamos a explorar un histórico rincón del paraíso asturiano de la mano de un guía excepcional. Nada más y nada menos que D. Ignacio Bosch, el Director del Parador de Cangas de Onís. Entró en este mundo de la Dirección de Empresas de casualidad(o más bien por una “causalidad”) y, al igual que a mí, un día trataron de arrebatarle la ilusión consiguiendo con ello que tomara otro camino del cual, a día de hoy se siente muy orgulloso de haber tomado. Este madrileño afincado en Villaviciosa y enamorado de la “tierrina” , de la cual forma parte desde hace mucho tiempo, en su afán e ímpetu emprendedor ha estado al cargo también del Monasterio de Corias(a la par que del de Villanueva). Todo un logro personal que me relató durante mi visita con enorme satisfacción en la mirada. En su agenda, es fundamental marcarse objetivos vitales a medio y corto plazo que trata de ir cumpliendo como pequeños retos.
Nuestro anfitrión tiene la llave de entrada a este trocito de historia de Asturias. Dejémonos llevar y entremos en el Parador de Cangas de Onís.
Según cuentan las leyendas, el monasterio se fundó en el S.VIII(año 746). Parece ser que aquí estuvo ubicado el palacio del Rey Favila, un rey muy joven(solo tenía 20 años cuando heredó el trono) el cual tuvo que hacer una prueba de virilidad consistente en la matanza de un oso. En esa contienda falleció y heredó el trono su cuñado, el Rey Alfonso I el Católico casado con Ermesinda(hija de Pelayo). Todo indica a que había un matrimonio de conveniencia entre las dos facciones montañesas: la parte cántabra de Pedro de Cantabria y la asturiana (representada por Pelayo). En este caso, el Rey Alfonso, en honor al rey muerto fundó un lugar de culto en este territorio en donde se encuentra el meandro del rio Sella, un espacio de gran valor natural. Encontramos entonces, la Iglesia fundacional que muchos historiadores consideran que es la de Santa María de Cangas, el panteón real y el monasterio. Sobre éste último hay documentos fehacientes de la Edad Media de que allí se asentaba una comunidad de monjes benedictinos(denominados “monjes negros”) al igual que los había en el monasterio de Corias. Estuvieron aquí hasta la Desamortización de Mendizábal, en el año 1835, puesto que, al perder las propiedades, abandonaron el edificio y el monasterio quedó abandonado.
A nivel arquitectónico, desde el S.VIII hasta el S. XIX se produjeron varias modificaciones. Afortunadamente, todas ellas, visibles. Cuando el monasterio a finales de los años 90 se convirtió en Parador, aparecieron restos arqueológicos muy importantes que había que museizar especialmente porque, entre ellos, aparecieron restos fundacionales.
En 1220 se realizó una reforma románica que nos ha dejado conservado de lo mejor de esta época en Asturias con la iglesia de San Pedro. Y, finalmente, en la fachada aparece la fecha de una reforma barroca(1687) que ya configura un monasterio como a día de hoy se conoce con esa fachada de color dorado con esta piedra tan característica que tiene esa tonalidad un poco rojiza debido a que su procedencia es de una mina que era propiedad de estos monjes que estaba detrás de monasterio, en Las Rozas. Allí estaba presente el almagre, una sustancia óxida, muy preciada en la época medieval porque los monjes lo utilizaban como tinta para escribir los beatos.
En esa reforma del S.XVII acabaron el claustro central y el claustro alto del monasterio.
En esta última zona, es donde se encuentran las dependencias más privadas(en este caso las habitaciones de los monjes). Originariamente, según la Regla de San Benito(por la que se regían estos monjes) dormirían en celdas comunes, de diez en diez y con un monje viejo en medio separando las camas de los jóvenes. A partir del S.XVII hay una reforma y se establece que tengan celdas individuales y es en ese momento en el que en la parte alta se construyen los 11 habitáculos. Por lo tanto es un monasterio muy pequeño(nunca tuvo más allá de 4 o 5 monjes viviendo en él). Es curioso que esos habitáculos sean totalmente dispares. Hay habitaciones de dimensiones muy reducidas, otras enormes,..y esto era debido al poder y riqueza que tuvieran cada uno. Según María Álvarez, profesora titulada de Historia Medieval de la Universidad de Oviedo, las celdas no las construía el monasterio sino que las construían las propias familias de los monjes.
Fue en el S.XVII cuando se colocaron los escudos en la fachada,
El de la izquierda es el de la Casa Real de la época(del S.XVII), muy curioso porque tiene, los castillos(de Castilla) y dos leones (del reino de León)pero éstos están volteados. Aparecen los símbolos de la Casa Real porque es un monasterio fundado por el rey.
De hecho, cuando Alfonso I lo fundó y con la anexión de posteriores donaciones, las propiedades del monasterio llegaron a abarcar desde Ribadesella(en la costa) hasta Cabrales(en Picos de Europa), casi 40 kilómetros alrededor.
Los benedictinos tienen un lema “ora et labora”(reza y trabaja). Es una novedad puesto que, con anterioridad, solo meditaban, pero San Benito incorpora el trabajo. Los monasterios se convirtieron casi en gestores del territorio a nivel empresarial. Arrendaban los terrenos que no utilizaban directamente cobrando las primicias y los diezmos por ello y gestionaban el río desde Cangas de Onís a Arriondas(quien quería poner un molino, o cruzar con la chalana,..).
El escudo de la derecha es el de la congregación a la que pertenece el monasterio(en este caso Benedictinos de Valladolid).
Estos monjes dejaron de depender de la casa madre de los benedictinos(Cluny, La Borgoña) y se unieron a esta congregación también benedictina vallisoletana por un tema de tributos(demandaban menos tributos) y lo que hicieron fue colocar el escudo en la fachada. Este escudo está partido en dos. A la izquierda está el castillo y a la derecha el león con el báculo(símbolos de la Real Congregación de Valladolid) y debajo del león, un cuervo con un mendrugo de pan en la boca. Es un símbolo que aparecerá en todos los monasterios benedictinos. Debajo del castillo aparece otro símbolo que es un cáliz, una copa, partida por la mitad(algo también muy típico de San Benito). En el tímpano tenemos un triángulo con borlas en cuyo centro aparece el santo a cuya adoración está el monasterio que, fácilmente es deducible al ver esas enormes llaves, San Pedro( en este caso de Villanueva que, como su propia toponimia indica es una villa de nueva creación porque nace de las necesidades que tenían los monjes trabajadores que se van ubicando con sus familias enfrente de su puesto de trabajo).
Esto era debido a que los monasterios benedictinos tienen todos un mismo criterio de ubicación en el territorio y seguían tres premisas:
1.Tener cerca una fuente de agua(en este caso está el río).
2.Que estuviesen alejados de las ciudades para buscar la tranquilidad de la oración(aquí a 3 kilómetros de Cangas de Onís).
3.Que tuvieran mucho terreno alrededor, propiedad del monasterio para trabajarlo.
Como curiosidad, ese triángulo con borlas es muy parecido al logo que “Paradores” puso en su marca con esa idea de asemejarse.
El ábside de la iglesia, románico, es lo más antiguo que tiene el monasterio en uso. Se trata del triple ábside semicircular tan característico de las construcciones benedictinas que tenían el altar y las dos capillas laterales.
Decoración original del S.XII, todos los canecillos y metopas y delante de la iglesia el típico texu(el árbol previamente está marcando el lugar de culto pagano para la cultura pre-cristiana de los celtas y astures y cuando se incorpora al territorio el cristianismo lo que hizo fue ubicar sus templos cerca de estos árboles para atraer a la gente a la nueva religión).
Observamos aquí la decoración en ajedrez, conocida como “taqueado jaqués” que proviene de la decoración aragonesa de la Catedral de Jaca y se va copiando y pegando en todas las iglesias vinculadas con el Camino de Santiago.
De hecho, una caleya junto a la iglesia acaba de señalizarse recientemente como parte de la “Ruta de los Santuarios” la cual proviene desde Santo Toribio de Liébana, donde está el monasterio de la reliquia de la Santa Cruz más importante allí en Potes. Se considera un camino muy importante pues une lugares de peregrinación de gran relevancia.
Los canecillos son todos diferentes de estilo románico-erótico. Aparecen morfologías sexuales grotescas: falos, homosexualidad, exceso de bebida..
Es muy interesante la presencia de las firmas de los diferentes canteros las cuales aparecen en las paredes.
La torre del campanario es del S.XVIII y, en ella, son muy importantes las campanas(de las 4 solo quedan 2) en nuestra etnografía y en nuestra historia porque son las que dan nombre al primer salmón de la temporada(el “Campanu“).. Se llama así fundamentalmente por las campanas de dos monasterios asturianos que las hacían sonar para avisar a los vecinos de que el salmón estaba en los ríos y que lo fuesen a pescar: el de Cornellana y éste que hoy nos ocupa.
El Pórtico de la Iglesia de San Pedro es lo más importante a nivel arquitectónico y artístico. Se encuentra muy bien conservado porque estuvo casi 1 siglo bajo la cal. Presenta arco de medio punto abocinado.
De fuera hacia adentro aparece la decoración en zig-zag que significa “prohibido”. ¿Prohibido a quién?. Pues es una metáfora de una ola de agua y no podían entrar las personas que no estuviesen bautizadas por eso en muchas de las iglesias(como en ésta) la pila bautismal estaba siempre fuera.
Después tenemos las cuatrifolias y, en el interior, las picas o cabezas de diamantes.
Los capiteles están separados por el taqueado jaqués(decoración ajedrezada).
Nos faltan algunos en la parte derecha y los que hay presentan la hojarasca tan característica en Roma o Grecia. Los de la izquierda, son los grandes protagonistas de esta iglesia símbolo de admiración entre los visitantes que se acercan a conocerlos puesto que están plagados de personajes, de escenas,..
Parece ser que no hay ningún tipo de datos fehacientes como para decir nada sobre lo que aquí había pero, realizando comparaciones con otras iglesias, supuestamente los monjes querían decir en ellos que, básicamente se centra en lo que le sucedió al Rey Favila. La historia se narra aquí a modo de cómic.
En uno de ellos aparece el Rey Favila a caballo con el halcón rumbo a una cacería. Tenía que demostrar que era un rey valiente y se está despidiendo con un beso de su esposa, la segunda Reina de Asturias, Froiluba.
El beso se repite en el siguiente capitel con una escena apasionante y que da nombre a todo el Pórtico que se llama “El beso de Favila” por esa escena tan bonita a la entrada del Palacio que es un edificio representado con dos pórticos el cual el artesano del S.XIII se imaginaba que era así.
Parece ser que este ejemplo de palacio con esas dos torres con los pórticos pudo servir de inspiración a Roberto Frassinelli para edificar los planos originales de Covadonga. El capitel principal está golpeado porque, según la gente del pueblo, esa escena en esa parte más baja era ya “demasiado amorosa” y consideraron que no era propicio mostrarla.
A la vuelta del capitel aparece el Rey luchando contra el oso pero no aparece como tal sino como un guerrero(casco, la cota de malla, el escudo y la espada).
La escena tuvo lugar en el pueblo de Llueves en el cual hay un monolito que marca que “ahí murió el Rey Favila a manos de un oso”. Muchos interpretan esta escena como una metáfora y que el oso(al igual que en la selva el león es el rey), en el Cantábrico lo es el oso por lo tanto serían dos reyes luchando por el poder. Quieren transmitir con ello que quien mató a Favila en realidad no fue un oso sino que fue su cuñado Alfonso I, el que le sucede y que se lo quitó de en medio para heredar el trono.
En el siguiente capitel aparece el Rey en vida como recordándole su mujer la última vez que fue a cazar.
El último es un animal diabólico con escamas y dos cabezas. Es una anfisbena, un animal del bestiario románico inventado pero que representa al diablo y la dicotomía entre el bien y el mal(de ahí las dos cabezas) y que, en esta ocasión, trata de llevarse al Rey al infierno.
Además aparece el arcángel San Miguel, con grandes alas, un palo entre las manos esculpido en tres veces para darle sensación de movimiento de lucha hacia la anfisbena tratando con ello de llevar al rey no al infierno, sino al paraíso.
Abramos ahora las puertas de la iglesia(fines del S.XII-principios del S.XIII).
El altar y las dos capillas laterales están repletas de decoración(románica) lo cual hace pensar a los historiadores que era utilizada no solo por los monjes sino también por los fieles de Villanueva.
No pertenece al Parador y en ella se sigue celebrando culto. Aparece mucha simbología: pelícanos, serpientes, monos comiendo frutas, caras de musulmanes, jabalíes, bueyes,…policromados y con los ojos vaciados.
En la nave central, que ya no es románica sino del S.XVII, aparece la bóveda de cañón corrido. Se mantuvo el románico cuando llegaron al altar con lo cual esta iglesia es Monumento Nacional desde 1907.Pararon la obra por razones económicas. En principio la idea era la de que apareciera la piedra como en la fachada pero se quedaron muy justos de dinero y tuvieron que realizar la decoración en pintura con la técnica del trampantojo.
Aparecen los mismos escudos que en la fachada, el de la Casa Real que preside y aquí, además, aparecen ambos leones mirando hacia la izquierda. Parece ser que la explicación a que en el escudo Real de la fachada aparezca uno de los leones con la cabeza volteada es para informar que en el monasterio ha vivido o vive un bastardo del Rey.
A la izquierda aparecen los símbolos de los benedictinos: el báculo, el bastón de los obispos y los dos símbolos que veíamos en el escudo: el cuervo con el mendrugo de pan en la boca y la copa partida a la mitad de la cual, por debajo, salen las serpientes.
Estos símbolos son muy interesantes porque en todas las medallas que utilizan los exorcistas están reflejados al considerarse un símbolo de protección. Son los símbolos de San Benito de Nursia, un Santo que se hizo Santo porque le intentaron matar dos veces y logró salvarse. Por lo tanto, la iglesia utiliza la imagen de San Benito como de protección.
A la derecha aparece el escudo papal con las tres grandes referencias: el Papa, la monarquía y los benedictinos.
En el preámbulo de entrada a la iglesia nos encontramos con la capilla de San Miguel enmarcada por la triple arcada.
De gran relevancia histórica porque se considera que, cuando una capilla está en honor a San Miguel y al pie de la iglesia es porque ha sido un lugar de enterramiento muy importante con lo cual se vincula este panteón al de Alfonso I, considerándose uno de los primeros panteones reales de la monarquía asturiana. Los restos ya no están aquí porque, según parece, Alfonso X El Sabio reubicó las tumbas de los monarcas asturianos y a Alfonso y a Pelayo les tocó Covadonga(exactamente en el lado derecho de la Santina).
El claustro central es el espacio donde los monjes circunvalaban alrededor del patio con sus meditaciones.
En torno a él se distribuyen las diversas dependencias como el “refectorio“, lugar en el que los monjes se juntaban a comer.
Junto a éste se encuentra la antigua cocina, el “llar“.
En el Parador, además, podremos encontrar dos espacios museizados con el finde mejorar la visitabilidad. En uno de ellos la arqueóloga Requejo encontró los restos originales de los cimientos de los edificios del SVIII lo cual daba mayor auge a la idea de que aquí, antes del monasterio, había edificaciones de la Alta Edad Media.
Ignacio nos ha abierto las puertas de este lugar de gran relevancia histórica acercándonos un poquito más a la que hoy es su casa y en la que quiere que nos sintamos como en la nuestra. Así que, desde aquí, os animo a que os acerquéis hasta el Monasterio de Cangas de Onís a conocerle en persona y vivir en primera persona la experiencia de pasear y alojarse en un lugar único. Os enamoraréis, como yo lo hice, de este rincón de Asturias.
Para más información y reservas: Parador de Cangas de Onís.