Pintoresco y fotogénico, este lugar que parece una postal, se encuentra a 7 kilómetros de la conocida Llanes. Una tarde cualquiera fue la excusa perfecta para acercarme hasta allí. De hecho, llevaba años sin pasar por este lugar en el que, una vez que lo has visitado, su imagen se queda grabado en tu retina y se volverá inolvidable.
Por la A-8 nos desviamos en la salida Niembru-Barru-Celoriu, cogiendo dirección Barru la LLN-10. Tras cruzar Barru, seguimos dirección Niembro por la misma carretera apenas 1 kilómetro y divisaremos la iglesia y el cementerio al borde de la Ensenada.
Estacioné a “Trailera” delante de la iglesia de Nuestra Señora de los Dolores de Barro la cual fue construida a finales del S.XVIII.
Diseñada en 1788 por el arquitecto de José Bonaparte, Silvestre Pérez y Martínez, fue costeada por los indianos de la zona, como Pedro de Cue García. Se finalizó(a excepción de la torre)en 1797 y se consagró el 14 d enero de 1804. El interior, abovedado, solo tiene una nave principal con naves laterales que sirvieron para el culto de las personas que participaron en la construcción del templo. Tiene transepto y cimborrio.
Y, una vez más, tocó bajarse de la moto.
La paz del lugar invitaba al silencio y la calma de un lugar mágico.
La marea estaba baja y, por ello, no podía reflejarse la iglesia en sus aguas, imagen tan característica en algunas ocasiones. Aún así, daba gusto pasear por el lugar.
Un lugar que recordaba bello y que, al visitarlo de nuevo, me trajo a la cabeza momentos inolvidables. Pronto me despedí de Niembro y pronto volveré hasta allí sin esperar que pase de nuevo tanto tiempo.