Explorando el paraíso asturiano en moto: el Embalse de los Alfilorios
Esta semana nos vamos a conocer otro rincón del paraíso en el que vivimos y que es otra muestra más de que, cerca de las ciudades(a tan solo unos 15 kilómetros de Oviedo)podemos encontrarnos espacios naturales que nos invitarán a desconectar del mundanal ruido y la rutina diaria.
Aquella mañana la niebla inundaba el asfalto de la recientemente asfaltada AS-233. Pequeñas gotas de agua salpicaban la visera de mi casco dificultando la visibilidad, las cuales aparté cuidadosamente con mi mano derecha. El silencio reinaba y el sonido de “Maya” era lo único que podía escucharse. Pocos cruces con vehículos y alguno más con algún valiente ciclista.
Una parada en el Centro de Interpretación del Hórreo de Güeñu me recordó mi paso por el pueblo hace ya unos años del cual dejé constancia en este blog.
Rodé unos 4 kilómetros por la N-630 hasta llegar a Argame donde me desvié hacia la MO-5. Un pequeño ascenso con dos curvas de herradura sobre un asfalto muy roto nos llevarán a poder contemplar el pueblo desde la zona más elevada y, si las nubes y la niebla lo hubieran permitido, de unas vistas estupendas. Para ser tan temprano me crucé con bastantes vehículos. A unos 4,5 kilómetros del pueblo asoman ya las aguas del Embalse. Parece ser que aquí no estaba sola.
Algún lugareño dando su paseo matutino me saludó al pasar. Estacioné a mi compañera de rutas y disfruté del lugar.
Poco a poco, las nubes, durante aquellos momentos se iban disipando dejando al descubierto un paisaje impresionante.
Se encuentra situado sobre las aguas del río Barrea, en el concejo de Ribera de Arriba pero casi la totalidad de su superficie está sobre el concejo de Morcín. Se construyó para abastecer de agua potable a las poblaciones de la zona central de Asturias, especialmente a la ciudad de Oviedo. Fue inaugurado en el año 1990 y su presa tiene unos 67 metros de altura. Desde su mirador, en días despejados se ve el Monsacro.
Si continuamos la carretera podremos llegar hasta Pedroveya y de ahí, por el Alto del Tenebredo bajar a la zona del Valle del Trubia.
Sin duda, una ruta más por nuestro paraíso, digna de dar a conocer y disfrutar.