Huyendo de las aglomeraciones tan características en las que Asturias se llena de gente en fechas tan señaladas como Semana Santa, ese día decidí irme hasta una zona, la Montaña Central Asturiana, en la que supuestamente y, así fue, pude disfrutar algo más de carreteras no tan saturadas y a la vez de los impresionantes paisajes que son protagonistas habituales de la misma.
Desde Sotrondio, inicié el ascenso, bastante empinado en algunos casos y, lamentablemente, con un asfalto que deja mucho que desear puesto que la carretera está en obras hasta Los Caleyos(apenas 1, 5 kms antes de culminar). Mucha gravilla y superficie rayada en algunos tramos hicieron que extremara las precauciones las cuales, en moto, siempre son pocas. Después de desayunar con Marco Antonio Pazos que vino desde Galicia a visitar a su familia y de paso a mí, no tardé en sacar a “Trailera” del garage y dirigirme hacia la desconexión de esa zona no tan turística como pudieran ser las próximas a la costa que, seguramente, estarían a reventar de turistas.
La AS-337 en unos 9, 4 kilómetros me llevó hasta Los Caleyos y poco me faltó más que girar la cabeza para ver cómo de casualidad, veo que alguien alza un brazo y me saluda. Sabía que mi amigo Joaquín, a quien algunos conoceréis de otras rutas como San Emiliano(Allande) o el mechero de Saús, tenía una cabañita en esta zona pero lo que no imaginé fue encontrármelo en esta ocasión por allí junto a Ana. Me bajé de la moto y me invitaron a entrar en su propiedad desde la cual, las vistas ponían la piel de gallina a cualquiera.
Después de llenar unos minutos con esta pareja, durante los cuales me enseñaron su pequeño y acogedor refugio e, incluso a su pequeña inquilina Petra, una gatina tricolor, me dirigí al Alto de la Colladiella donde apenas había gente.
Algún ciclista, un par de senderistas y, como no, los locales.
Claramente se notaba que estaban acostumbrados a ver pasar gente por estos lares. Ni se inmutaban.
Tocó caminar un poco para alcanzar el monumento al minero ubicado en lo alto del monte.
Pero mereció la pena el ascenso. Las vistas allá arriba dejan boquiabierto a cualquiera. Y no es para menos pues esto es el paraíso.
Y alcancé el monumento al minero tras ir fotografiando toda la subida, el cual se localiza coronando la cima del Pico Arquera . Está dedicado a la memoria de los mineros de las cuencas del Nalón y del Caudal. que durante décadas perforaron la tierra sacando a la luz el profundo y oscuro mineral. En las entrañas de esta montaña se han horadado unas galerías simulando un taller minero adaptado para ser visitado como atracción didáctica y que tuvo el mayor auge de visitas en los años 70.
Aunque inaugurado de manera oficial en junio de 1972, la idea rondaba en la cabeza de Desiderio Fernández desde años atrás. Su emplazamiento en el Alto de la Colladiella, en un punto que sirve de límite al concejo de Mieres con el de San Martín del Rey Aurelio, Laviana y Aller, resultó estratégico. El dibujo original de la obra es de Sabi del Viso y representaba a dos mineros estrechamente unidos con la lámpara, el hacho y el martillo como atributos y que simbolizaban la unión ante la injusticia, la tragedia o la alegría, teniendo como centro guía la lámpara de mina(la cual fue robada hace años). La obra se realizó en los talleres de La Cuadriella.
Descendí de nuevo al parking y tan solo unos metros más allá se encuentra el monumento a la Paz.
Donde puede leerse:” Quien vive no olvida a todos los guerrilleros, enlaces y puntos de apoyo leales de la resistencia en su lucha por la paz, la libertad y un mundo más humano y justo. Esta lucha de guerrillas en Asturias se prolongó a lo largo de 15 años desde el 15 de octubre del año 1937 hasta el 13 de octubre del año 1952“.
“Por la Paz, a la memoria de todos los que lucharon y dieron sus vidas en defensa la libertad y de los pueblos oprimidos”.
El sol apretaba y con él también mi estómago, así que, sin dudarlo, escogí ese lugar como mi comedor de ese día. No podía haber sido mejor.
El descenso lo hice por Urbiés hacia Mieres recorriendo la AS-337 la cual en esta vertiente presentaba mejor aspecto que desde Sotrondio. Un recorrido por un trocito del Valle de Turón en el cual los míticos Pozu Fortuna o el Pozu Santa Bárbara serán fácilmente visibles en nuestra ruta. No sin olvidarnos que para acceder a la Colladiella, quien quisiera, como me dijo mi amigo Cuco, podría hacerlo también por el Alto de la Mozqueta desde Ciaño. Lo hagamos por donde lo hagamos, esta ruta es todo un imperdible en nuestras experiencias moteras por el paraíso asturiano.