Por María de Álvaro:
Mariano tiene un primo catedrático, que viene a ser como tener un padre militar –y con pistola– cuando tienes 10 años. O sea, un lujo y un vacile en el recreo. El primo de Mariano, además, es sevillano. O sea, un cachondo. Y, para más inri, no se cree lo del cambio climático porque a ver quién es el listo que predice el tiempo que va a hacer mañana en Sevilla. O sea, un visionario.
El caso es que a estas alturas de la película ya no se sabe si Mariano tiene un primo o, directamente, el primo es Mariano, que todavía no se enteró de que lo de creer o no creer en el calentamiento global en tiempos de Al Gore es como creer o no creer en Dios en tiempos de Torquemada. Vamos que uno puede pensar lo que le dé la gana. ¡Pero no decirlo, hombre!
Y menos, Mariano, echándole la culpa a tu pobre primo. Tiene que tener tu madre un disgusto…