Por María de Álvaro:

A lo largo de nuestra vida hay cuatro o cinco preguntas que se repiten constantemente, y no me refiero a nada metafísico si no a ¿qué hora es?, ¿cuánto falta?, ¿cómo quedamos?… Me gustaba la de ¿quién da la vez?, pero me temo que está en desuso. Claro que mi favorita, sin ninguna duda, es ¿qué te llevarías a una isla desierta? No por nada, que a mí irme a una isla no me apete lo más mínimo en el caso de que esté desierta, pero reconozco que me encanta perder el tiempo imaginando que llevaría, y lo mejor es que no conozco a nadie que conteste dos veces lo mismo. Hasta hoy.

Hasta hoy, porque resulta que el Ayuntamiento se ha comprado una isla por 250.000 linden dólar de nada y ha montado un Gijón virtual en el que hasta el Jovellanos tiene vistas al mar. Nada que objetar si no fuera porque nuestros munícipes pretenden con esto llenar la villa de turistas. Menos mal que el linden dólar está barato y la ocurrencia sale, para que nos entendamos, por 200.000 pesetas. El chocolate del loro. Como Second Life. Será que soy una antigua.