Por María de Álvaro:
Mi madre vuelve de la compra. Se oye la puerta e, inmediatamente después, un sonoro y polifónico ‘crash’.
-¿Te puedes creer que de todas las bolsas que traigo sólo se me cayó la de los huevos?
Increíble, digo. Y vuelvo a mentir. A mí me pasa a menudo. Y no siempre con los huevos. Lo dicho, menuda mañanita llevo…