Gracias a mi máxima de que la alegría no es un sentimiento sino una actitud y gracias también a mi siempre infravalorada memoria de pez (infravalorada por mí misma y por quienes me rodean, especialmente cuando olvido algún cumpleaños), tengo la sana costumbre de no recordar jamás las fechas malas. Hay veces, sin embargo, que […]