Por María de Álvaro:
Somos los asturianos aficionados al hormigón por naturaleza. Nos gustan las carreteras más que a un tonto una gorra de cuadros. Y es normal. Todo el mundo añora lo que no tiene y lo nuestro durante décadas fue tercermundista. Ahora, poco a poco, vamos pasando a la categoría de país en vías de desarrollo, y yo calculo que algún día tendré un nieto que vea terminado el París-Dakar, tramo también conocido como Unquera-Llanes.
Supongo que será gracias a esta afición por lo que en época de elecciones más que autovías no nos prometen. Tanto que yo ya estoy por reivindicar una entre Quintes y Quintueles, que, oye, para bajar a la Ñora en verano resulta fundamental. Casi tanto como el tramo Ibias-Ponferrada.
Claro que puestos a pedir, igual lo que pido es un apeadero del AVE a la altura de Venta las Ranas. Porque vamos a tener AVE, que dijo ayer María Luisa Carcedo en Canal 10 que si haber hay AVE del Cantábrico garantiza que pasa por Asturias. Vaya, Mari, gracias. Y el Pisuerga, por Valladolid, no te fastidia.