Por María de Álvaro:
Beppe Grillo es un tipo famosísimo en Italia, casi tanto como Natalia Estrada, aunque él no está ni la mitad bueno, pero tiene bastante más gracia. Y eso que es analista político. El caso es que Grillo ha propuesto en el Parlamento Europeo que, ya que todo movimiento social o enfermedad que se precie tiene un día dedicado, los políticos de su país merecen uno propio: el ‘Vaffan Culo Day’.
No me extraña. Nos quejamos de las perlas de nuestros queridos representantes, pero ninguno le llega a la suela de los zapatos a, por ejemplo, un Berlusconi, y mira que los hay que lo intentan. Pero hasta el bueno de Silvio es una hermanita de la caridad comparado con un tal Roberto Calderoli.
Atiende por ese nombre un tipo blanco y gordo que acaba de sugerir que para evitar que se construya una mezquita en Bolonia se pillen un par de cerdos de los de la famosa mortadela y se paseen por el solar para hacer el terreno impuro. A Calderoli no le gustan los inmigrantes. Y mucho menos si son negros (hombres-mono, les llama). Ni eso ni los maricones, que están, según él, en ‘pecado mortal’.
Con lo que molaba Cicciolina…