Fuentes del Principado aseguran que no ponen en duda la capitalidad de la ciudad de Oviedo, a la vez que reafirman su voluntad de abrir sedes administrativas por otras urbes de la región. Una postura que no coincide exactamente con la de la portavoz del Gobierno, Ana Rosa Migoya, que declaró a EL COMERCIO que “el Gobierno no se plantea trasladar ninguna de sus sedes institucionales fuera de Oviedo”. Con un ejemplo lo vemos más claro. En Gijón está la sede de la Dirección General de Pesca, y existe la duda de si en el futuro se podrán ubicar en Gijón o Avilés otras dependencias similares. Según algunas fuentes del Gobierno, parece que sí, pero de las declaraciones de Ana Rosa Migoya se desprende lo contrario. Las contradicciones del Gobierno provienen de no tener las ideas claras, de entrar en el debate promoviendo la desconcentración (que no descentralización) administrativa y salir defendiendo el inmovilismo. ¿Cartas para todos o todo para Oviedo?
Si nos dejamos guiar por los hechos más que por las opiniones, la cosa resulta más diáfana: la sede del Instituto de la Mujer no se mueve de Oviedo aunque estaba previsto su traslado a Gijón. La dura respuesta del Ayuntamiento carbayón hizo cambiar de criterio al Gobierno regional. Durante la campaña electoral, De Lorenzo elevó el tono del debate con fuertes ataques al Principado, acusándolo de sectarismo y de practicar el “cerco de Oviedo”. La campaña ha hecho daño. Los socialistas no saben a qué carta quedarse, y para mayor confusión llega la portavoz del PSOE en el Ayuntamiento carbayón, Paloma Saínz, ex alto cargo del Principado, y hace piña con el alcalde De Lorenzo, defendiendo que se quede en su ciudad la sede del Instituto de la Mujer.
La contradicción entre los dirigentes de un mismo partido no se ciñe al PSOE, porque en el PP también hay opiniones dispares. Pilar Fernández Pardo reclama para Gijón el Instituto de la Mujer, mientras que Joaquín Aréstegui apoya la postura de Gabino. El debate territorial acaba con la disciplina de partido y deja las formaciones políticas reducidas a clanes, fieles a su origen. Por último, llega Jesús Iglesias (IU) para romper el formato del debate, diciendo que la “capitalidad es un concepto muy de derechas”. ¡Vaya puzzle!