ETA ha colocado un coche bomba junto a la casa cuartel de la Guardia Civil de Durango, hiriendo a dos miembros del instituto armado y dañando las instalaciones. Igualmente, resultaron afectados los bienes de vecinos de la localidad vizcaína. Ochenta días después de haber dado por roto el alto el fuego permanente, la banda terrorista ha logrado perpetrar un atentado, tras varios intentos fallidos que se saldaron con las detenciones de activistas de la banda. Todos los partidos políticos han condenado el atentado, con la excepción de ANV y Batasuna.
Finalizada la tregua, nadie hubiera imaginado que transcurriera tanto tiempo sin atentados. La única explicación reside en la debilidad de ETA. La Policía tiene mucha información sobre los planes de los terroristas, lo que le ha servido para anticiparse a los golpes de la banda. Como ya había advertido el ministro del Interior, algún día tendrían que salirse con la suya los terroristas, y esta vez han logrado atentar y fugarse. Por la forma de actuación, la Policía sostiene que la banda tiene un comando activo en Vizcaya, lo que podría significar la comisión de más atentados. De ocurrir esta hipótesis, al Gobierno se le plantearía un problema político, porque volvería al debate público el llamado “proceso de paz”, una iniciativa que no ha dado unos resultados muy brillantes.
ETA ha logrado colocar una bomba, pero la situación en que se encuentra la llamada izquierda abertzale es patética. ANV no ha condenado el atentado, dando la razón a los que pedían su exclusión de las listas electorales por ser un mero caballo de Troya de los violentos. En cuanto a Batasuna, se dedica a convocar manifestaciones en Francia. Si creen los colegas de Otegi que Sarkozy va a convocar una mesa de partidos en el País Vasco francés van aviados. El único asidero político de los violentos está en esa fantasmal consulta que quiere convocar Ibarretxe, apoyado por IU (bueno sería que Llamazares dijera algo sobre la política de su grupo en el País Vasco, ahora que es tan crítico con la política asturiana. Llama la atención que sea Imaz más razonable y que tenga una perspectiva más global que los dirigentes de IU). Sin complicidades y con 700 presos, el terror no es una respuesta sostenible.