El consejero de Economía, Jaime Rabanal, ha mostrado la disposición del Gobierno para discutir las ayudas para el pago de las hipotecas, en los términos que lo había exigido IU: cualquier tipo de vivienda, con tal de que los propietarios tuvieran dificultades para hacer frente a la subida de los tipos de interés.
Parece que la cuestión de la devolución de los créditos hipotecarios va a centrar el debate de la izquierda asturiana, que es tanto como decir de las fuerzas que deciden los Presupuestos del Principado y el sentido del gobierno. La subida de los tipos de interés es una constante en el mundo entero, que afecta desde alemanes y franceses, hasta japoneses y australianos, pasando por los americanos. Pues bien, pese a ser una realidad global, sólo en Asturias se busca una respuesta desde los presupuestos públicos. Resulta que a la izquierda de nuestra región le preocupa más los intereses de los créditos que el empleo, la sanidad, la educación, el gasto social, o la investigación científica. En realidad, no le preocupa el alza de los tipos de interés, como una variable que frena el desarrollo económico y el consumo, sino las consecuencias que tiene entre los que amortizan créditos. Vamos a descubrir que es más de izquierdas el grupo que logre detraer más dinero de la recaudación de impuestos para cooperar en las obligaciones de pago de los propietarios de vivienda. Entre los ataques de Ana Botella al “golpe de 1934” y la fijación de IU y PSOE por la subida de las hipotecas, el perfil de la izquierda asturiana queda totalmente desdibujado. La próxima semana llega Al Gore a nuestra región, así que a falta de las antiguas políticas de clase, habrá que conformarse con un sucedáneo.
Mientras el segmento de los propietarios de vivienda libre amplía el campo de las inquietudes sociales de la izquierda, el PP anuncia que no apoyará los Presupuestos de Álvarez Areces. Cualquier otra posición hubiera sido una sorpresa. En ninguna comunidad gobernada por los socialistas, los populares respaldan los presupuestos. A cinco meses de las elecciones no caben los gestos altruistas. Descartado el PP, caben dos soluciones: prórroga presupuestaria o coalición de izquierdas para luchar contra la carga hipotecaria.