La negociación extraparlamentaria del Presupuesto del Principado fracasó estrepitosamente. Entre el Gobierno regional e IU no se dan unas mínimas condiciones para recuperar el diálogo que quedó roto al principio de la legislatura cuando se interrumpió su alianza de Gobierno. El fracaso de la negociación ha servido para que el debate del presupuesto en la Cámara se inicie en un clima de total pesimismo, con los dos grupos de la oposición, PP e IU, dispuestos a hacer valer sus enmiendas a la totalidad que significarían el paso automático a la prórroga presupuestaria.
Ante esta situación, Ana Rosa Migoya, portavoz del Principado, ha señalado que la oposición hace la “pinza” contra el Gobierno regional. Es un poco pronto para hacer esa afirmación, porque el rechazo a las cuentas regionales estaba cantado. Si cualquiera de los dos grupos de oposición se abstuviera, el presupuesto sería aprobado, así que es normal que voten en contra. En cualquier caso, la acusación de la “pinza” hace mucho más daño electoral a IU que al PP, y no creo que IU vote las enmiendas del PP, sino que será el grupo de Ovidio Sánchez el que deje al pequeño grupo de izquierdas liderar la oposición, conformándose con derrotar al Gobierno socialista, aunque sea con las enmiendas ajenas.
Los socialistas se equivocaron dando excesiva importancia a la aprobación de unos nuevos presupuestos, al decir que eran la principal prioridad del Gobierno. El rechazo de las cuentas regionales, si es que se produce, no me parece excesivamente relevante, porque estamos en un curso político de transición, hasta que se celebren las elecciones generales. A partir del próximo mes de marzo quedarán fijadas con carácter definitivo las estrategias de los partidos y veremos qué alineamientos se producen. Lo que si me parece llamativo es ciertas anomalías institucionales que se pueden empezar a producir, como la toma de decisiones por parte del Parlamento de tareas que le toca realizar al Gobierno. IU va a rechazar los presupuestos, pero pretende habilitar un crédito para ayudar al pago de las hipotecas. Si la oposición quiere mandar, lo que debe hacer es presentar una moción de censura o convencer al presidente de que tiene que integrarlos en el Gobierno.