El agotamiento del discurso sobre infraestructuras hace más patente laslagunas de la política del Principado
En la controversia entre el Gobiernoregional e IU sobre el fallido acuerdo en torno a los Presupuestos delPrincipado para el año 2008 hay un nexo común entre las partes: la nulaimaginación a la hora de incorporar propuestas. Esa ausencia de novedadespodría admitir disculpa, en el caso del Gobierno, al utilizar la repetición delos conceptos del pasado año, como una mera táctica, para forzar a IU a renovarsu apoyo al proyecto de cuentas regionales.
No cabe decir lo mismo de IU, quebuscando diferenciarse del Gobierno regional puso la subvención a los créditoshipotecarios, como elemento central del debate, un asunto que no encuentraréplica en ninguna comunidad autónoma ni es debatido por ningún grupo deizquierda en la Unión Europea,pese a que el incremento de los intereses es idéntico en todos los países de laeurozona.
Lejos de ser tratado como unapropuesta extemporánea, los socialistas recogieron el guante y empezaron arealizar contrapropuestas sobre las hipotecas. Al final, para mayor bochorno,cuando el pacto se hizo imposible por cuestiones de procedimiento (no habíaacuerdo sobre la documentación que debía ponerse sobre la mesa para empezar lasnegociaciones), los socialistas dijeron que IU debería dar explicaciones a losasturianos por la carencia de un fondo para aliviar las cargas hipotecarias. Lapérdida del sentido de la orientación de la izquierda asturiana sólo se explicapor la ausencia de una oposición de derechas capaz de enmendarle todo eldiscurso.
En los últimos tiempos, los dirigentes dela región dicen que hay que acabar con el discurso del hormigón y centrarse enel I+D+i, pero los hechos no concuerdan con las palabras. Según se terminan losgrandes ejes de comunicación de la región, se trazan nuevas rayas sobre el mapapara crear el señuelo de ambicionar grandes metas, aunque la expectativa detráfico rodado no justifique en modo alguno definirlas como objetivosprioritarios. La proyectada carretera de La Espina a Ponferrada puede que excite la imaginaciónde aventureros, pero con una previsión de uso de 3.500 coches diarios paradentro de treinta años, no parece que responda a otra necesidad que la demantener la actividad en el sector de la construcción.
Esa rutina gubernamental de programas einversiones en la que estamos instalados hace más llamativa la carencia de unapolítica cultural digna de tal nombre. Cuando hay grandes prioridades porresolver se comprende que la cultura haga cola, pero cuando el debate estácentrado en gastarse el dinero en subvencionar créditos hipotecarios o en pedirfondos europeos para llegar pronto hasta Ponferrada, resulta inexplicable lacarencia de una política cultural. Más absurdo, aún, cuando el turismo, laúnica actividad importante que año tras año gana peso en el tejido económicoasturiano, necesita de la revitalización del patrimonio cultural asturiano paraseguir creciendo.
PRERROMÁNICO
Como la cultura es una materia sumamenteescurridiza en el discurso político, es preciso establecer alguna premisajerárquica, para evitar la confusión entre ocho y ochenta. Si Asturias ha hechouna aportación a la cultura universal esa es la arquitectura prerrománica. Puesbien, cuando el Gobierno de Areces va por la tercera legislatura, hay ahora un“plan del prerrománico” a ejecutar en tres lustros con una inversión de 58millones de euros, en el que no están comprendidos todos los monumentos (SantaMaría de Bendones, Santiago de Gobiendes). Hizo falta que pasaran dos mandatospara decir que se va a hacer algo. Mientras se alumbraba el citado plan, lasadministraciones siguieron con su conocida capacidad para confundir preservacióncon destrucción. Los alrededores de Valdediós, dónde está “El Conventín”, únicotestimonio del último conjunto palatino de la monarquía asturiana, han sidoenlosados y embellecidos en perfecta sintonía con el estilo de los planes dechoque de Gabino de Lorenzo: que destaque más lo nuevo que lo histórico.
No hace falta gastarse 58 millones deeuros para rescatar los monumentos prerrománicos asturianos. Sólo en dos deellos, San Julián de los Prados, debido a la intervención que habría que hacer enla autopista “Y”, y la Fuentede Foncalada, por las ineludibles expropiaciones que habría que afrontar porderribo de viviendas, son actuaciones costosas. El resto consiste en limpiar elentorno, proceder a algunos derribos, hacer ligeras restauraciones y poco más.El problema del prerrománico es la lejanía del estamento oficial. Pongo unejemplo: jamás se fotografía un líder político regional junto a un monumentoprerrománico.
En esa ausencia de política cultural estála incapacidad de negociar un destino para el Tabularium Artis Asturiensis, unmuseo-archivo de incalculable valor sobre el que el Gobierno regional sólo haproyectado indiferencia y prejuicios.
VIRTUAL Y REAL
En política cultural, el Gobiernoregional ha optado por la construcción de equipamientos virtuales (Museo de la Prehistoria, MuseoJurásico) y por el apoyo a dos grandes edificios-símbolo, la Universidad Laboraly el Centro Internacional Óscar Niemeyer. En esta elección hay toda una apuestapor lo aparente, por lo que permita ser inaugurado como obra propia, aunque elcontenido quede muy por debajo del continente.
El déficit de la política cultural se veen la forma de abordar las necesidades del Museo de Bellas Artes o en la escasanómina de yacimientos prehistóricos presentados a la UNESCO para ser calificadoscomo Patrimonio de la Humanidad.
Para llevar una política culturalacertada hay que partir de un inventario correcto: Asturias posee arte parietalde gran valor, la mejor arquitectura alto-medieval, la elite ilustrada másbrillante de la nación en el tránsito a la primera España constitucional y unrelevante patrimonio industrial. ¿Qué se ha hecho con todo ello? ¿Quépensamiento asturiano se reivindica, más allá de las obligadas citas de Jovellanos? Como siempre pasa en nuestra región, cuandofallan los conceptos queda sólo la perspectiva local.