La Sindicatura de Cuentas va a fiscalizar a entidades relacionadas con el sector público de la comunidad autónoma, como el Idepa, Sedes, el Ente Público de Comunicación del Principado, el Hospital de Cabueñes y los contratos de alta dirección del Principado. El carácter de estas auditorías es voluntario por parte de la Sindicatura, así que para la oposición supone una satisfacción el anuncio de estos trabajos.
De la Sindicatura de Cuentas se viene hablando desde el mismo momento en que el Gobierno regional decidió impulsar este organismo. Primero fue la polémica sobre la personalidad de los tres síndicos, ya que no todos ellos tenían un gran bagaje de conocimientos sobre contabilidad pública y análisis presupuestario. Luego, una vez aceptado que cada grupo parlamentario tenía una gran libertad de disposición para escoger a la persona que más le satisficiese para ocupar un puesto en la Sindicatura, vino el choque entre el Parlamento con la Sindicatura sobre los emolumentos que pretendían fijarse los titulares de esta institución. El caso es que la Sindicatura ha dado mucho que hablar sin que los comentarios estuvieran relacionados con sus dictámenes. Para juzgar con perspectiva su labor, lo mejor será esperar unos años para comprobar el rigor de sus trabajos y el grado de independencia con que se mueve entre las instituciones asturianas. Lo mejor hubiera sido configurar un órgano de fiscalización ajeno a los partidos políticos, basado sólo en el prestigio profesional y la independencia de sus miembros, pero eso en España es imposible ya que hasta los más altos tribunales se estructuran por cuotas de partidos. Aceptada esta servidumbre, sólo los informes de la Sindicatura pueden acabar con los prejuicios.
Hasta la fecha, las instituciones asturianas no estuvieran ajenas a la fiscalización de sus actos. Por un lado están los servicios de Intervención, pero más allá del control propio de los órganos de la Administración, está el Tribunal de Cuentas, con todas las potestades propias de su jurisdicción. La Sindicatura de Cuentas no añade nada que no tuviéramos, más allá de su dedicación exclusiva a las instituciones asturianas. De esa base hay que partir para realizar las valoraciones.