A Paz Fernández Felgueroso le asombra el ardor de Gabino de Lorenzo en la defensa de la villa de Jovellanos. La alcaldesa de Gijón asegura que sólo le falta a Gabino hacerse socio del Sporting. Le acaba de dar una idea, porque tal como es De Lorenzo no le cuesta nada hacer ese gesto para la galería. Por las buenas es encantador y por las malas capaz de hundir a su propio club. José Manuel Sariego, secretario general de los socialistas gijoneses, se muestra dispuesto a hacer un listado con los agravios de Gabino hacia Gijón. El listado promete ser largo. La reacción de los socialistas gijoneses es la propia de un colectivo que ha sufrido durante largo tiempo las invectivas de Gabino.
Hasta el día de las elecciones se harán cábalas sobre la respuesta de los asturianos hacia Gabino de Lorenzo. La atención se centra especialmente en Gijón y Avilés, ciudades con las que ha sido beligerante el alcalde de Oviedo. Mantengo la tesis de que el PP recibirá los mismos votos en las elecciones generales con Gabino de Lorenzo de cabeza de lista, que sin llevar a Gabino en la candidatura. Lo que se dilucida en las urnas, en esta ocasión, es el color del próximo Gobierno de España, así que la inclusión del populista alcalde capitalino es una cuestión completamente secundaria. Si Gabino se lanza a la piscina es que ha comprobado, previamente, que hay agua. Otro asunto sería si estuviéramos ante unas elecciones autonómicas. Ahí sí que la controvertida trayectoria del alcalde de Oviedo le haría perder votos en Gijón y Avilés.
El problema de Gabino de Lorenzo para representar a toda Asturias no está en ser alcalde de Oviedo. Se puede, perfectamente, ser alcalde de la capital y saltar luego al Principado. Ahí tenemos el caso de Areces, que tras doce años de regidor gijonés pasó a ser presidente regional. El obstáculo está en el discurso utilizado durante años contra los intereses de otras ciudades. O mejor, el problema está en seguir compaginando el discurso de los privilegios locales con la defensa de los intereses regionales. Habrá que esperar algún tiempo para comprobar todo ello, porque, repito, en esta cita electoral no está en juego el tirón político de Gabino en Asturias, sino lo que piensan los asturianos del Gobierno de España.