Jesús Iglesias señala que el objetivo electoral de IU, en Asturias, pasa por la recuperación del escaño en el Congreso de los Diputados. Desde las primeras elecciones generales, celebradas en 1977, el partido a la izquierda del PSOE (entonces PCE y luego IU) obtuvo representación parlamentaria en nuestra región. Hasta en las circunstancias más adversas, cuando en el año 1982 los comunistas se dieron el gran batacazo y sólo obtuvieron cuatro diputados en toda España, uno de los escaños fue el asturiano. La serie se quebró en las pasadas elecciones, en las que IU se quedó sin acta en el Congreso con Jesús Iglesias de candidato. La razón de esta pérdida está en la reducción del número de diputados en la circunscripción asturiana, que actualmente es de ocho. El coordinador general de IU considera que Laura González puede recuperar el histórico escaño de su fuerza política, para lo que necesita sacar 12.000 votos más que hace cuatro años.
Obtener 12.000 votos más significa, en el caso de IU, aumentar un 20% el número de sufragios, lo que no es cosa sencilla. Es preciso aclarar que el problema de IU no viene sólo por la reducción de escaños en el distrito asturiano, sino por la pérdida de fuerza electoral de este partido, que en su día llegó a recibir 106.000 votos en la figura del senador Horacio Fernández Inguanzo. ¿Qué cuña electoral puede introducir Laura González para hacerse un hueco entre el PSOE y el PP, que están llamados a repartirse las ocho actas asturianas a partes iguales?
Jesús Iglesias tilda de «sinsustancia» y «frívolo» a Zapatero, pero Llamazares pide al propio Zapatero que lo incorpore de ministro en un futuro gobierno socialista salido de las urnas. En esta contradicción se mueve el mensaje de IU, entre reclamar su identidad para recibir votos y marcarse como objetivo la colaboración con el presidente Zapatero, al que el propio Jesús Iglesias augura un triunfo en las urnas. La polarización de la contienda electoral entre Rajoy y Zapatero deja pocas oportunidades al resto de fuerzas políticas, salvo en las comunidades dominadas por partidos nacionalistas que tienen sus propias metas, con independencia del Gobierno de Madrid. Laura no lo tiene fácil, pese a ser la mejor candidata de IU.