La dirección del PSOE en Gijón analiza una lista de agravios de Gabino de Lorenzo con la villa de Jovellanos. Un extenso inventario que va desde la actitud del alcalde de Oviedo con la Feria de Muestras y la Semana Negra, hasta la postura del regidor ovetense sobre la ampliación de El Musel y el desarrollo del campus universitario, pasando por el desprecio hacia la creación de un juzgado de lo mercantil en Gijón y la oposición frontal a la ubicación de la sede del Instituto de la Mujer en la Casa Malva. Los socialistas gijoneses consideran que el localismo exacerbado de Gabino le impide representar los intereses generales de Asturias.

La carrera política de Gabino de Lorenzo ha consistido en desempeñar dos responsabilidades: concejal opositor al alcalde Antonio Masip (cuatro años) y alcalde de Oviedo (casi diecisiete años). Fuera de esas tareas ha prestado una atención intermitente a las vicisitudes de su partido en Asturias, como cuando apoyó a muerte a Álvarez-Cascos contra Sergio Marqués, o cuando lanzó durísimas alusiones a Pilar Fernández Pardo con motivo de la incorporación de Mercedes Fernández a la Sindicatura de Cuentas. Fuera de esas intervenciones, ha desempolvado el viejo discurso del “cerco de Oviedo” contra las actuaciones del Principado, cuando le ha convenido, sabiendo favorecerse de las actuaciones del Gobierno regional, en otras ocasiones. De esta última faceta, el mejor ejemplo fue la reconstrucción de Ventanielles, costeada por el Principado, nada más llegar Areces a la Presidencia. La ruina de Ventanielles había rebotado en la prensa nacional, con fotos elocuentes.

La carrera política de Gabino está pegada a las aceras, farolas y fuentes de Oviedo, así que no se le puede pedir que tenga de golpe una gran visión regional. Pero podría tenerla, si no fuera porque esa dedicación a representar a toda Asturias la va a compatibilizar con la defensa de los intereses de Oviedo: diputado y alcalde. Podrá pedir el uno por ciento cultural desde el escaño y desde la propia capital hacer gestiones pensando en las mejoras del patrimonio ovetense. Sin pensar maliciosamente: ¿es posible y deseable que los diputados tengan que tener una mirada preferente para la ciudad que gobiernan?