El diputado de Izquierda Unida Aurelio Martín afirma que su organización está dispuesta a dialogar sobre el proyecto de presupuestos del Principado, tal como les ha ofrecido el Gobierno regional. Esa predisposición no significa un cheque en blanco, como ha indicado el propio Martín, al poner encima de la mesa una serie de condiciones para el acuerdo: incremento del gasto social, política industrial y de empleo frente a la crisis económica, rechazo a las rebajas fiscales y una corrección del incremento del precio de las viviendas protegidas.
La respuesta de IU es un gran avance si recordamos la postura que mantenía el verano pasado, cuando descartaba cualquier acuerdo presupuestario si no eran aceptados, previamente, como socios del Gobierno. Un año de oposición estéril y el batacazo en las urnas del pasado nueve de marzo han servido para reorientar su estrategia política. Las condiciones que pone IU son las propias de este partido en todos los acuerdos con los socialistas. Propuestas de esa índole las hizo Llamazares a Zapatero en la anterior legislatura. De todo lo planteado llama la atención la pretensión de moderar el incremento del precio de la vivienda protegida, fijado por el Gobierno de Areces en un ocho por ciento. Digo esto porque en el anterior mandato (2003-2007) las competencias sobre la vivienda estaban en manos de IU y aplicó en los municipios de la zona central dos incrementos de precios: 15% en Avilés, Siero y Llanera, y 19% en Oviedo y Gijón. En aquellos años la inflación era mucho más suave que ahora y, sin embargo, la subida de precios duplicó la previsión actual.
Las otras propuestas son un tanto incompatibles con un contexto de crisis económica como la que va a conocer Asturias dentro de unos meses, cuando empecemos a sufrir los rigores de la coyuntura mundial de la misma forma que ya afectan a las comunidades autónomas más avanzadas. Pero las propuestas que avanza Aurelio Martín hay que entenderlas como un punto de partida. Además, tienen un carácter general, lo que facilita la negociación. Las cláusulas insalvables para un acuerdo son del siguiente tenor: el pacto incluye el rechazo a la incineradora de Serín y al embalse de Caleao. Así no hay manera de hacer un gobierno de coalición ni de respaldar unos presupuestos.