El sector ‘crítico’ del PP, promovido por un grupo de diputados autonómicos (René Álvarez Saavedra, Cristina Coto, Luis Peláez), ha ido buscando apoyos entre las juntas locales para formar una alternativa a la candidatura oficialista en el congreso regional de otoño. En una de las reuniones más numerosas (cien asistentes) se barajaron nombres y parece que hay consenso en presentar como candidato a Juan Morales.

Desde el anterior congreso del PP la figura de Juan Morales ha estado oscurecida. El que fuera portavoz del grupo parlamentario en la Junta General del Principado fue muy crítico con las actuaciones de Ovidio Sánchez, lo que le llevó a quedar aislado política y humanamente en el seno de su propio grupo. Renovada la representación parlamentaria en las elecciones autonómicas del año 2007, Morales quedó fuera de las instituciones, lo que en política viene a ser algo equivalente a los futbolistas que se sientan en el banquillo. En el próximo congreso del PP puede volver a saltar al campo. Juan Morales tuvo la gran ocasión de convertirse en polo de referencia crítico para la organización del PP cuando estaba en la Junta General del Principado. Se equivocó en el anterior congreso y aceptó ocupar un cargo como adjunto a las dos vicepresidencias, ocupadas por Pilar Fernández Pardo y Gabino de Lorenzo. El esquema de dirección diseñado por Ovidio Sánchez nunca funcionó, siendo puramente nominal la creación de las dos vicepresidencias y totalmente falta de contenido la figura del adjunto. No consta que haya habido una sola reunión de trabajo con todos ellos haciendo aportaciones sobre la política del partido. Ovidio Sánchez metió a ese grupo de dirigentes en el equipo para evitar competidores, y lo logró. Aunque tarde, parece que ahora Juan Morales va a jugar el papel que le tocaba desempeñar hace tres años.

El sector crítico sigue siendo un conjunto desperdigado de militantes sin una junta local de peso detrás. Para formar una alternativa a Ovidio Sánchez hay que contar con algo más que con el liderazgo de Juan Morales. La situación podría cambar si la organización gijonesa se sumara a la alternativa, pero no es fácil que eso ocurra. Las salidas en falso se pagan caras.