Tras la entrevista con Rodríguez-Vigil, publicada en EL COMERCIO el pasado domingo, se ha originado un inesperado cruce de declaraciones entre el Gobierno regional y el letrado del Consejo Consultivo. Desde el Principado se ha recibido con profundo malestar las declaraciones, y aseguran que deslegitima la acción del Ejecutivo. Por su parte, Rodríguez-Vigil asegura que no pretendió atacar ni descalificar al Gobierno de Álvarez Areces.

Vamos por partes. El ciudadano Rodríguez-Vigil, miembro del Consejo Consultivo, veterano militante del PSOE y ex presidente del Principado, no tiene estatus para ser interlocutor del Gobierno regional en ninguna polémica. No hay posible simetría entre la posición particular o profesional de Rodríguez-Vigil y la relevancia institucional del Gobierno regional. En estos asuntos hay que ser muy cuidadoso. Los interlocutores del Principado son los grupos de la oposición, el Gobierno central, el resto de los ejecutivos regionales, los ayuntamientos y los agentes sociales. Si un miembro del Consejo Consultivo reflexiona sobre la crisis económica tiene el mismo alcance que si lo hace un catedrático de la Universidad de Oviedo. Puede ser acertado o desacertado su criterio, pero no tiene capacidad para deslegitimar o avalar el proceder del Ejecutivo. En caso contrario convertiríamos a toda la comunidad autónoma en una especie de asamblea virtual, que obligaría al Ejecutivo a dar explicaciones o desdecir a cualquiera que tuviera una opinión distinta a la suya.

En la entrevista, Juan Luis Rodríguez-Vigil se muestra a favor de la política sanitaria de Ramón Quirós y apoya el intento de abrir los centros de salud por las tardes. Mantiene opiniones arriesgadas sobre la evolución de la población en Asturias (800.000 habitantes dentro de diez años), que de mediar una cena por el medio, tendría que pagar al llegar la fecha; o al asegurar que la vejez no es sinónimo de más gasto sanitario, lo que otorgaría al septuagenario la salud del veinteañero. Discrepa claramente del Gobierno regional en dos asuntos concretos: no ve razones para que Asturias sea la primera región en salir de la crisis económica y no encuentra sentido a la autovía La Espina-Ponferrada. No creo que la acción del Principado pivote principalmente sobre esos dos objetivos.