En la última reunión entre el Gobierno y la Generalitat, el Ministerio de Economía hizo la oferta definitiva sobre financiación autonómica, al plantear para Cataluña la entrega de 4.800 millones adicionales en tres años (1.200 millones para este año, 1.600 millones en el año 2010, y 2.000 millones para el año 2011 y siguientes). El consejero Joan Saura, líder de uno de los grupos que forman el tripartito y responsable de Relaciones Institucionales, dio a conocer las cifras planteadas por Solbes y consideró “ridícula, insuficiente e insatisfactoria”, la propuesta. La Generalitat no se aviene al pacto.
Se impone hacer una consideración económica y otra de carácter político. Para valorar la cuantía de los recursos ofrecidos es bueno saber que el Estado aporta, actualmente, para financiar los servicios públicos de todas las comunidades autónomas la cantidad de 110.000 millones de euros, de los que 18.290 van destinados a Cataluña. Si a partir de año 2011 los catalanes reciben 2.000 millones más, estaremos hablando de casi un 11% de incremento. No está nada mal. Lo que ocurre es que las trece cámaras de comercio catalanas fijaron en su día la cantidad de 3.600 millones, y toda la comunidad autónoma tomo esa cifra como referencia. Asturias recibe, en el presente, 3.116 millones y el Gobierno central deslizó la posibilidad de aportar 100 millones, un incremento que queda muy lejos del 11% catalán. Si nos dieran otros 340 millones (cifra que se obtiene de incrementar la partida asturiana en la misma proporción que la oferta a Cataluña), todo el Gobierno regional se pondría a dar saltos de alegría, pero a los miembros del tripartito les parece una oferta decepcionante.
Cataluña es la única comunidad con fuerza política para bloquear la negociación del modelo de financiación. Galicia, aunque estrene gobierno, no tiene margen de maniobra, ya que las principales comunidades del PP desean rubricar la oferta de Solbes. A la Generalitat le debe resultar humillante que Andalucía, apoyada en el reconocimiento de la deuda histórica, reciba más dinero que ellos. Llegados a este punto resta saber si el tripartito catalán estará dispuesto a aprobar una oferta que suponga un pequeño ajuste sobre las cifras del Ministerio de Economía, o está decidido a romper la baraja.