La visecretaria de política local del PP, Isabel Pérez Espinosa, pide a la Federación Asturiana de Concejos (FACC) que sea más beligerante con el presidente Areces para mejorar la financiación de los ayuntamientos. La concejala del Ayuntamiento de Oviedo considera que tanto la FAC como la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) son cómplices de la estrategia de Zapatero que antepone la financiación autonómica a la local, porque necesita a los nacionalistas de socios parlamentarios.
Vaya por delante que estoy de acuerdo en que la FACC podía ejercer una mayor influencia en el Principado para obtener ayudas de diversa naturaleza para los concejos. En general, la FACC debería tener un mayor protagonismo en la vida pública asturiana, como ocurría no hace mucho tiempo. Sin embargo, el análisis de la concejala ovetense del PP, viendo en la disciplina de partido un freno para mejorar la financiación local, no resiste el contraste con la realidad. Pese a lo que considera Isabel Pérez Espinosa, la novedad en los últimos años de la política española consiste en anteponer los intereses territoriales a los basados en clave ideológica o de partido. Es más, los intereses cantonales avanzan en detrimento de los nacionales, lo que ya es el colmo. Dice la concejala que Zapatero pone por delante la financiación autonómica a la local para atraer a los nacionalistas. Pues bien, si a un grupo le trae al pairo la financiación autonómica es al PNV que siempre tuvo asegurado el sistema de financiación del País Vasco por la vía del cupo. En el Consejo de Política Fiscal y Financiera no está el PNV ni se le espera. En cuanto a CiU o a ERC, es cierto que les importa mucho la financiación autonómica, pero no presiona Montilla menos que ellos para implantar del nuevo modelo.
En las reivindicaciones locales y en la negociación del nuevo sistema de financiación autonómica no cabe distinguir entre la estrategia del PSOE y del PP, porque sencillamente carecen de ella, quedando todo fiado al encaje de las pretensiones territoriales (sean autonómicas o municipales), con especial desdén por los intereses generales. Los ayuntamientos de izquierda y los de derecha estuvieron mudos los últimos meses porque Zapatero les lleno el granero con el Fondo de Inversión Local.