José Luis Rodríguez Zapatero ha afirmado que la próxima subida de impuestos afectará a las rentas de capital, dejando el IRPF como está en estos momentos. Según el presidente, la otra novedad para los contribuyentes vendrá por la modificación de la devolución de 400 euros. Veinticuatro horas antes de hacer estas afirmaciones Zapatero, el ministro de Fomento y número dos del PSOE, José Blanco, aseguraba que se aumentarían los tipos impositivos en el IRPF para todos los ciudadanos que ganen más de 50.000 euros al año. La contradicción entre los mensajes se debe a que el Gobierno no quiere hablar claro sobre el alza de impuestos, utilizando un lenguaje genérico y ambiguo. Los cambios en los tributos están condicionados por la reacción de la gente, de ahí la diversidad de anuncios hasta ver cómo calan en la sociedad.
Poner fin a la devolución de 400 euros para trece millones de contribuyentes, que afecta por igual a gente modesta y a multimillonarios, es una medida urgente desde que la crisis económica empezó a provocar un déficit en la recaudación de Hacienda. Si no se llevó antes a cabo fue para que la principal promesa electoral de Zapatero no quedara tan pronto convertida en papel mojado. Cuanto antes se ejecute, mejor. Sobre la subida de las rentas de capital se viene discutiendo desde hace tiempo, y tiene la ventaja de ser muy agradable para los presumibles socios parlamentarios de Zapatero (ERC, Izquierda Unida, Bloque Nacionalista Galego, Nafarroa Bai) con los que tendrá que aprobar los Presupuestos Generales del Estado de 2010. También es muy bien vista por las centrales sindicales, aliados sociales del Gobierno durante la crisis económica. Sin la entente de Zapatero con los sindicatos ya hubiera habido una huelga general en toda España para protestar por el incremento de 1,3 millones de parados en los últimos doce meses. Resulta sencillo centrar el tiro en las rentas de capital porque tienen un tipo impositivo unificado (18%), producto de una reforma fiscal del actual Gobierno socialista.
Puede que haya que subir las rentas de capital, pero a sabiendas de que se está castigando el ahorro, porque hay millones de ciudadanos que tienen pequeñas cantidades depositadas en bancos por las que reciben intereses que ahora serán penalizados. Millones de personas que trabajan y ahorran. Quiero decir que no es cosa de ricos sino de trabajadores, aunque las llamen rentas de capital.