José Blanco ha afirmado que el recorte de obra pública aprobado por el Gobierno era excesivo, así que se va a proceder a una revisión de las actuaciones detenidas con el objeto de rescatar los proyectos singulares. El ministro de Fomento ha citado a la autovía del Cantábrico, como la primera actuación a retomar. Hoy, tras una entrevista con Javier Fernández, José Blanco ampliará los datos.
La noticia nos debe producir una inequívoca alegría, ya que la autovía del Cantábrico ha sufrido una larga serie de retrasos, por falta de compromiso presupuestario, por las dificultades técnicas que presenta su ejecución y por las luchas entre Administraciones, como la habida entre los gobiernos de Aznar y Álvarez Areces. Atascos, como el del fin de semana pasado se vienen produciendo desde hace más de dos décadas.
La opinión pública asturiana vio con decepción cómo los sucesivos calendarios que propusieron los ministros se incumplían, y a estas alturas dejar la autovía del Cantábrico detenida durante dos o tres años sería bochornoso. Habrá que estar atento a lo que diga José Blanco -y a lo que silencie- en la intervención que tendrá lugar hoy.
El ministro de Fomento ha ratificado el anuncio hecho por Zapatero, trasmitiendo el Ejecutivo, una vez más, el mensaje de estar gobernando a golpe de improvisación. La validez del recorte de obra pública, explicado por José Blanco en el Congreso de los Diputados, duró dos semanas. Si lo que ahora se hace es rescatar algunas infraestructuras e incluirlas dentro del programa de actuaciones, no tendrá mayor incidencia en la lucha contra el déficit público, aunque si se procede a una revisión generalizada del calendario de actuaciones, la cosa cambia.
El objetivo del Gobierno de reducir el déficit público al 6% sobre el PIB, a finales de 2011, es de muy difícil cumplimiento, pero si desde el Ejecutivo se vuelve a las alegrías del gasto público la previsión quedará hecha añicos. Proceder al ajuste fiscal anulando la inversión en infraestructuras es un error. Ahora bien, resulta imposible relanzar las obras y mantener todos los programas de gasto social con los actuales ingresos de Hacienda. Ya no tenemos el recurso de aumentar el endeudamiento, así que a la gente habrá que explicarle el trueque: tantos kilómetros de autovía, con su correspondiente número de empleos, a cambio de recortes en servicios públicos.