Cuervas-Mons ha dirigido dos misivas a Pedro Sanjurjo y Javier Fernández para denunciar la inseguridad jurídica y la ausencia de control parlamentario en que se encuentra la RTPA. Pide al presidente del Gobierno que ponga en manos de los servicios jurídicos de la Administración la situación actual del ente de comunicación del Principado para tomar medidas que aseguren una correcta gestión.
PSOE y PP habían llegado a un acuerdo para repartirse el consejo de administración de la RTPA y nombrar un director. El pacto tenía una validez para seis años. En la Mesa de la Junta General del Principado, la unión de Foro, IU y UPyD bloqueó los planes del bipartidismo, y la RTPA quedó aparcada en vía muerta. El plan de racionalización del sector público del Gobierno socialista fusionó las distintas sociedades (radio, televisión, productora de programas) y el consejo de administración de la televisión se extinguió. También desapareció la comisión parlamentaria que hacía de control externo sobre el ente.
Formalmente, tiene razón Cuervas-Mons, la RTPA está en un limbo jurídico y político. Otra cosa es la realidad material. Foro, IU y UPyD no incurren en obstruccionismo parlamentario, sino que pretenden dejar en manos de la Cámara que surja de las elecciones de mayo el control de la RTPA para los próximos seis años. Es lógico que la actividad del ente de comunicación para el próximo sexenio esté supervisada y gestionada por los representantes elegidos para la próxima legislatura. Sería francamente absurdo que el consejo de administración esté compuesto por miembros que respondan a la actual mayoría parlamentaria que, a lo mejor, se convierte en minoría tras pasar por las urnas. No es una hipótesis de laboratorio, porque algo parecido se vivió durante los meses en que gobernó Foro, con la RTPA convertida en ariete de la oposición. Faltan pocas semanas para que finalice el mandato de los diputados, así que no es ético tomar decisiones sobre algo que tocará gestionar a otros. A Cuervas-Mons se atuvo al guión prefijado, pero incurrió en un revelador error al decir que se acercan las elecciones y no hay controles. Ahí respiró por la herida: cuánto más tranquilizador sería abordar la competencia electoral con un consejo de administración copado por PSOE y PP, y con un director elegido por ambos partidos. No sólo lo piensa Cuervas-Mons, también una buena parte del bunker del pensamiento único.