En la entrevista con Cristina Coto que se publica en estas páginas, la actual presidenta de Foro aborda asuntos de interés y avanza opiniones que se pueden compartir y otras que son más discutibles. Breve resumen. Es un acierto valorar como un lastre para la región la gestión del presidente del Principado, porque los números lo avalan: somos la región que menos crece de España. También es un acierto la forma de enfocar las hipotéticas alianzas parlamentarias, al considerar que no se puede caer en apriorismo estableciendo vetos tempranos, debiendo dilatarse la valoración hasta conocer el resultado electoral. Quizás los dos asuntos más relevantes de la entrevista son su rotunda afirmación sobre los males de la región, al declarar que “el mayor problema de Asturias es el sucursalismo”, y el énfasis que pone en remarcar la evolución del PIB en Asturias, la comunidad autónoma que peor trayectoria lleva entre el silencio de sindicatos, empresarios y clase política.
En efecto, no hay nada más desolador y más demostrativo de cómo está Asturias que la incapacidad para crecer. Desde estas líneas, en los últimos siete meses, hemos tratado tres veces el asunto en artículos de domingo -“Asturias, el furgón de cola” (3-8-2014), “La historia interminable” (11-1-2015), “Los peores de la clase” (1-3-2015)-, así que no puedo estar más de acuerdo con la opinión de Cristina Coto. El drama asturiano se puede resumir así: en los periodos de bonanza somos los que menos crecemos, y en los periodos de recesión somos los que perdemos más riqueza. La causa o las causas son complejas y no se pueden explicar sólo por el trienio calamitoso del presidente Fernández, porque esa extraña ley de hierro que rige en la economía asturiana viene de mucho más atrás.
¿Es el sucursalismo el mayor problema de Asturias? Contestar afirmativamente a esa pregunta equivale a decir dos cosas: las comunidades autónomas salen siempre favorecidas si son gobernadas por partidos nacionalistas o regionalistas, y los males de Asturias provienen de Madrid. No estoy de acuerdo con ninguna de las dos. Verbigracia: Andalucía salió beneficiada de estar gobernada por los socialistas durante tres décadas. Con un partido nacionalista o regionalista no hubieran tenido AVE en el año 1992, por no hablar de plan de empleo rural. Los males de Asturias provienen, sobre todo, de decisiones tomadas en nuestra región. Prometo volver sobre este asunto.