La deuda pública asturiana crece imparable. No siempre fue así. Entre el año 2000 y 2007 se mantuvo en unos niveles parecidos, pero desde el principio de la crisis económica nuestro sistema de vida cada vez se basa más en el préstamo. Entre los años 2009 y 2010, con PSOE e IU formando gobierno de coalición, la Administración quiso hacer de locomotora económica y la deuda creció en 1000 millones de euros. El déficit público se disparó, Bruselas le puso la espada en el pecho a Zapatero y empezó la cura de caballo que tanto afectó a familias y empresas. Sin embargo, el Principado siguió por el rumbo marcado. Todos los años se incrementa la deuda en cerca de 400 millones. Hay ejercicios en que los sobrepasa, como ocurrió en 2014. En la época de los planes “E” de Zapatero y del plan “A” del Principado, la deuda asturiana representaba el 4,7% del PIB. Ahora ha escalado al 16,2%. Lo más sorprendente de todo es la tranquilidad de Javier Fernández ante el volumen de nuestras deudas. Cuando algún portavoz de la oposición menta el asunto, inmediatamente salta la réplica del oficialista de turno con un argumento simplón: somos la cuarta comunidad autónoma que tiene la deuda más baja con respecto al PIB. Ya lo dice el refrán, mal de muchos, consuelo de tontos. En lo que no han reparado los que se suman a esa “boutade” es que tan importante como el volumen global de la deuda es su ritmo de crecimiento, y en Asturias aumenta más deprisa que en el conjunto de España.
Javier Fernández lleva mil días en el Gobierno y la deuda ha crecido en mil millones de euros. Cada día que gobierna Fernández los asturianos debemos otro millón más. La rancia ley de los enamorados mojigatos elevada a programa de gobierno: hoy más que ayer, pero menos que mañana. Haya o no nueva aplicación informática para gestionar el salario social, giren o paren las aspas de los aerogeneradores, aumenten o bajen las pernoctaciones de los turistas, cada día un millón más sobre la espalda de los asturianos. La fórmula socialista para solventar los problemas del presente consiste en hipotecar el futuro. A lo largo de 2015, la deuda superará el volumen del presupuesto del Principado. El peaje por tener el Gobierno más pasivo de la etapa democrática es de 41.666 euros la hora. Por curiosidad: ¿qué volumen de deuda sobrepasa las líneas rojas de Javier Fernández? ¿O es que para la deuda no hay marcadas líneas rojas? Cómo se nota que disparan con pólvora ajena.