El efecto más rápido y visible de las elecciones andaluzas es la crisis desatada en UPyD. En anteriores convocatorias el partido de Rosa Díez no había logrado entrar en el Parlamento andaluz, así que la nueva intentona fallida no pilló por sorpresa a nadie, pero lo que no estaba previsto es que Ciudadanos lograse nueve diputados. En política, como en otros campos de la vida, lo más terrible son las comparaciones. Años y años diciendo que Ciudadanos era un partido catalán sin ninguna influencia en España y cuando hacen una excursión a la tierra de los charnegos sacan casi el doble de escaños de los que tiene UPyD en las Cortes Generales. Las citas con las urnas se pueden ver como un chequeo sobre la salud de los partidos; Ciudadanos se encuentra en pleno estado de forma, mientras que UPyD ha ingresado en la unidad de cuidados intensivos. Ciudadanos es una marca que triunfa en el mercado de los votos; UPyD se ha oxidado en pocos meses, en el tiempo que va del ataque de la dirección del partido a Sosa Wagner a los comicios andaluces. Las formas autoritarias de la lideresa dañarían a cualquier formación política, pero mucho más a un “partido de cuadros”, como es UPyD, con gran representación del colegio de licenciados y doctores.
El aparato del partido, replegado en torno a Rosa Díez, ha declarado el estado de excepción con una apresurada convocatoria extraordinaria del Consejo Político y la designación a dedo de Andrés Herzog, como portavoz adjunto de UPyD, que es lo mismo que coronarlo como príncipe heredero a la sucesión del trono de la lideresa. Frente a los planes de la jefa del partido hay una probable mayoría de militantes que quieren fusionarse con Ciudadanos, pero se encuentran ahora con que Rosa Díez no quiere la unión ni Ciudadanos está por el matrimonio. ¿Qué va a ocurrir?
El futuro nunca está escrito, pero todo indica que UPyD va encadenar una serie dramática de derrotas en las urnas, de tal forma que acabará el año convertida en grupúsculo, cuando lo había iniciado con ínfulas de alternativa de poder a Mariano Rajoy. Rosa Díez, Martínez Gorriarán, Andrés Herzog y compañía mantendrán las esencias de partido (transversal, antiterrorista, jacobino, anticorrupción, etcétera) y algunos dirigentes del sector crítico habrán empezado a inscribirse en las oficinas de Ciudadanos, mientras que otros se habrán ido a su casa. UPyD se queda sin unión y sin democracia. ¿Cómo va a haber progreso?