El presidente en funciones del Principado completó la ronda de entrevistas con los líderes de los grupos parlamentarios, reuniéndose con Emilio León y Mercedes Fernández. La conversación con la lideresa del PP duró tres veces más que el encuentro con el dirigente de Podemos. Mercedes Fernández comunicó al presidente que iba a pedir el voto de los diputados para ser investida como jefa de Gobierno, pero ese hecho que convierte en inútil cualquier negociación sobre la gobernabilidad de la región no desanimó a Javier Fernández que prolongó la entrevista. Emilio León, sin embargo, no mereció tanta atención presidencial. El saludo vino acompañado del intercambio de programas electorales, mientras Javier Fernández componía un rostro más propio de la negociación de Israel con las milicias palestinas, que de dos miembros de un mismo Parlamento. La educación política del Soma hace que el presidente tenga preparado un repertorio de rictus, gestos y miradas para dar a entender a los interlocutores el mucho o poco aprecio que les tiene. En la primera ronda, Emilio León y Cristina Coto conocieron el lado más grave del personaje. Las sonrisas fueron para Llamazares, el tipo más serio de la Cámara.
Emilio León sacó a relucir el rescate ciudadano, la regeneración democrática y la lucha contra la corrupción. Esta última la considera indispensable para crear empleo, porque se pierde dinero que debería servir para contratar mano de obra. También hizo mención a los sobrecostes de El Musel, que representan ellos solitos el 25% de todo el fraude detectado por la Oficina Europea de Lucha contra el Fraude (Olaf). Y citó nombres, entre ellos a José María Pérez, candidato del PSOE a la Alcaldía de Gijón. Todo el discurso de Emilio León es un torpedo en la línea de flotación del buque que capitanea Javier Fernández.
El sanedrín socialista no tiene suerte con los seguidores de Pablo Iglesias en Asturias. “Xixón Sí Puede” no cae en la trampa de la impostada solidaridad entre las fuerzas de la izquierda gijonesa y Podemos (Emilio León, Daniel Ripa) se siente incompatible con la trayectoria de gobierno socialista en la región. Conociendo al sanedrín socialista ya habrán conectado con los dirigentes nacionales de Podemos para ver si se puede reconducir la situación. En la entrevista, Javier Fernández habló de la tarifa eléctrica y de la financiación autonómica, que es lo que divide a la izquierda de la derecha.