La elección de los alcaldes ha abierto heridas en el seno de la izquierda asturiana, entre los grupos clásicos (PSOE e IU) y Podemos. Hay diferencias conceptuales y estratégicas profundas. La idea de lograr la unidad de acción entre los tres partidos, que les daría la mayoría en casi todas las instituciones asturianas, ha quedado alejada. Tres semanas de diálogo entre las izquierdas han permitido constatar que entre PSOE y Podemos hay una distancia insalvable. A la visible falta de sintonía personal se ha añadido la constatación de que buscan objetivos distintos. Pisan el mismo espacio y están llamados a competir duramente. Queda en el aire la posibilidad de que Podemos e IU converjan en un polo de izquierdas, embrión de futuras candidaturas de unidad popular, que en la actualidad tendría tantos diputados en la Junta General del Principado como los socialistas. De momento, las negociaciones para elegir alcaldes han separado a IU de Podemos. Aunque los dirigentes de IU han tenido un cuidado exquisito por no decantarse por uno de los dos socios, el diálogo ha sido más fluido con los socialistas que con los “podemistas”. Estos últimos ven a IU como un grupo supeditado al PSOE. La legislatura será larga y puede cambiar la relación entre Podemos e IU.

Las negociaciones en la Junta General del Principado para investir al nuevo presidente se cimentan sobre lo ocurrido en los ayuntamientos. Javier Fernández se inclinó en la noche electoral por presentarse a la investidura con el único apoyo de los catorce diputados socialistas. Posteriormente, entre el ofrecimiento de Ciudadanos y la buena sintonía con IU, sopesa ampliar sus apoyos. No es descartable el acuerdo. Ciudadanos ha puesto muy bajo el precio del pacto al basarlo en el código contra la corrupción. Por esa vía vale cualquier gobierno. El ejemplo más claro es la Comunidad Autónoma de Madrid, del PP, cuya calificación ética ha quedado reducida a la calidad de bono basura tras los casos de Gürtel y Púnica, y sin embargo no les ha impedido investir a Cristina Cifuentes. En Andalucía dijeron que estaba todo en orden, mientras la Policía arrestaba a más de cien empleados de la Administración Autonómica.

En la negociación municipal se han quedado fuera de la cancha, y ahora tal vez quieren recobrar protagonismo. Como no discuten de política, es muy probable que se dediquen a hacer lo que mejor saben: firmar el certificado ético de Fernández