Pedro Sanjurjo considera razonable el acuerdo alcanzado por el PSOE, IU y Ciudadanos en torno a los recursos económicos de la Junta General del Principado, porque el gasto se mantiene constante pese al aumento de grupos parlamentarios, al pasar de cinco a seis. Sobre los sueldos de los diputados, el presidente de la Cámara aclaró que la rebaja de las retribuciones de los cargos públicos se realizó en el pasado mandato, cuando las cuantías descendieron un 15%.
A los contribuyentes el funcionamiento del Parlamento les debería salir igual de oneroso o liviano, con independencia del número de grupos políticos que lo forman. Desde el inicio de la etapa autonómica la Cámara se compone de 45 escaños, así que la factura debería ser similar en todos los mandatos. No es así, porque en la financiación de la actividad parlamentaria se introdujeron algunas figuras tóxicas, como el dinero fijo por grupos, que carece de justificación y es una oportunidad de oro para que los partidos políticos aprovechen los recursos públicos para enderezar sus deterioradas finanzas. Por esa vía se lleva casi medio millón de euros cada grupo. No creo que sea un ejemplo de austeridad gastar lo mismo que en el pasado mandato.
La cuestión de los sueldos de los políticos es especialmente polémica desde el inicio de la crisis económica. En el pasado mandato, el debate duró un semestre hasta que se cerró el nuevo sistema de retribuciones. No quieren los socialistas abrir otra vez la caja de pandora por miedo a las consecuencias. Podemos mantiene la postura opuesta: quiere rebajar los sueldos poniéndoles un tope máximo de 1.950 euros. La postura del PSOE está negociada con IU y Ciudadanos, y los demás partidos callan, luego otorgan. A nadie puede asombrar que los diputados no quieran bajar el sueldo de los diputados. Pura tautología, que se puede extender al resto de profesiones. Creo que se equivocan. El sector público, encabezado por los políticos, y secundado por jefes de servicios, jefes de sección, etcétera, gozan de unos emolumentos superiores al resto de ciudadanos. La financiación de ese sector público es la causa de los altos impuestos y del crecimiento espectacular de la deuda pública. Los diputados no deberían comportarse como niños egoístas incapaces de desprenderse de un juguete. Este asunto tiene más importancia de la que aparenta para la marcha de la región. El Parlamento debe volver a tratar la cuestión.