Resuelto el asunto de los dineros en la Junta General del Principado. La cantidad que va a recibir cada grupo parlamentario no experimenta variación sobre lo acordado la pasada semana por PSOE, IU y Ciudadanos. También se mantiene la cuantía de los sueldos, con los diputados equiparados en retribuciones a los directores generales. En cuanto a los asesores y personal eventual, ha habido una pequeña variación, en vez de contratar a 47 serán 48 los que auxilien a los diputados. Se hablaba de reducir el número de asesores y, al final, ha aumentado. Es como lo de los ayuntamientos, todos dicen que es una barbaridad que en España haya más de 8.000 consistorios; los líderes políticos hacen propuestas de fusión entre municipios y al acabar el año siempre hay algún ayuntamiento más que al empezar el ejercicio. Entre la teoría y la práctica media un abismo.
La propuesta de Podemos sobre el ajuste de sueldos carece de lógica, porque no tiene sentido recortar fuertemente el salario de los diputados y dejar sin tocar los excelentes emolumentos de la elite funcionarial. A los contribuyentes nos resulta tan gravosa la carga de unos como la de otros, porque todos viven de nuestros impuestos. Ambos constituyen la famosa Administración que aplasta a la sociedad civil. Sin embargo, es razonable la propuesta de recorte de las cantidades que reciben los grupos parlamentarios y la disminución de asesores. La inmensa mayoría del Parlamento no lo ve así, porque supone perder una masa de recursos que consideran patrimonio propio. Los socialistas no van a renunciar a los 690.000 euros que les tocan por ser el grupo parlamentario más numeroso y el PP tampoco va a prescindir de los 600.000 euros que constituyen su asignación. Se puede hacer actividad parlamentaria sin esas formidables bolsas de dinero, pero se trabaja mejor con la hucha llena. Todavía no dieron un argumento a favor de mantener esos “fijos” por grupo parlamentario, pero probablemente sean más razones estomacales que intelectuales, así que las sensaciones sustituyen al discurso.
Hay más asesores que nunca. Constituyen un parlamento oculto de 48 escaños, que no resulta fácil de justificar. Tantos años contemplando los vicios de la Junta General del Principado tiende uno a pensar que funcionan a modo de una subcontrata que permite a los diputados mantener el horario del golf. Cuando no se dan argumentos, la cabeza se llena de malos pensamientos.