El último día de mes se iniciará el debate de investidura en la Junta General del Principado, en un clima que no tiene nada que ver con las nueve legislaturas precedentes. Hasta ahora, la suma de los dos grupos de izquierda (PSOE e IU, antes PSOE y PCA) garantizaba la elección del candidato socialista como presidente del Principado. La excepción se produjo en 1995, cuando Julio Anguita impuso el dogma “de las dos orillas”, dando a los socialistas el mismo trato que a los populares. En la orilla de los buenos sólo estaba IU. Por cierto, el actual discurso de Podemos en Asturias es un calco de las tesis de Anguita, por eso Javier Fernández se quedará sin sus votos, al igual que Antonio Trevín, hace veinte años, no pudo contar con el apoyo de IU para ser investido como presidente. En 1995, Sergio Marqués se benefició de la división entre las dos izquierdas. Ahora el centro-derecha no puede obtener beneficio de las controversias entre las izquierdas, porque el voto de la derecha se hizo humo con los errores de Cascos y la increíble supeditación del PP a los intereses del PSOE.

Hubo otra excepción a la hegemonía de la izquierda. Tuvo lugar en el año 2011, cuando Foro ganó las elecciones. No obstante, en aquel momento se produjo una situación especial, ya que el PP no apoyó la investidura de Cascos, pudiendo la izquierda haber presentado candidato y hacerse con el Gobierno. Javier Fernández rechazó esa posibilidad antes de que se desataran las especulaciones, optando por jugar la táctica de la obstrucción al Gobierno de la derecha, que tan buenos resultados le dio con la ayuda incondicional del PP.

Ahora es todo distinto. La izquierda tiene el 62% de los escaños de la Junta General del Principado, pero ni sabe ni quiere ensamblarlos, y la derecha no tiene nada que hacer, pero Mercedes Fernández va a presentarnos su programa de gobierno. Foro no ha movido un músculo, Ciudadanos ha dicho una cosa y la contraria, IU está a la espera de un referéndum entre la militancia, y Podemos se suma a la terna de presidenciables, poniendo a Emilio León en la línea de salida, dispuesto a competir con Javier Fernández y Cherines. Si nos fijamos en Javier, Mercedes y Emilio, tenemos un compendio de las contradicciones de la política asturiana. Los dos varones son de izquierdas y la señora de derechas. Pues bien, hay muchísima más afinidad entre la señora y uno de los varones, que entre cualquiera de ellos y el chico de la mochila.