Teresa Fernández de la Vega participó en la Escuela de Verano de UGT dando a conocer su visión sobre la coyuntura que atraviesa España. La otrora poderosa vicepresidenta del Gobierno de Zapatero señaló que estamos ante “un cambio de época” y que aunque la transición a la democracia fue muy fructífera toca “repensar el modelo político español”, debido a los tijeretazos al Estado del Bienestar y la epidemia de corrupción. Sugiere De la Vega la conveniencia de realizar cambios territoriales y “revelarse contra la dictadura de los mercados” para lograr un capitalismo social.
De La Vega recuperó todos los tópicos del pensamiento dominante español, que no es el del libre mercado como en otras partes del mundo, sino la suma de tics progres depositados por las últimas generaciones del antifranquismo y las primeras de la democracia. Tiene toda la razón cuando habla de cambio de época, porque la crisis económica no nos va a devolver al modo de vida anterior, sino a otro cuyas coordenadas desconocemos. A partir de esta constatación aplica las recetas del socialismo, empezando por la reforma de la Constitución (modelo político). Cuando cumplió la carta magna 25 años de existencia –año 2003- se lanzó una campaña interesada para cambiarla, en la que se dieron la mano desde Maragall hasta Ferraz pasando por algún poderoso medio de comunicación. Desde entonces se han sucedido diversos intentos de reforma; el último de ellos tiene como gran argumento convertir a España en un estado federal para ver si así se apacigua al independentismo catalán. Una mezcla de ingenuidad y frivolidad. De la Vega habla de repensar el modelo a causa de los tijeretazos al Estado del Bienestar. ¿Puede decirnos la ex vicepresidenta cómo se financia una protección social manifiestamente más amplia que la actual? ¿Convirtiendo los impuestos en requisas? ¿Debe aumentarse el gasto social hasta provocar la insolvencia del Estado? Los tijeretazos los inició Zapatero, en mayo de 2010, los continuó Rajoy y proseguirán, probablemente, con futuros gobiernos aunque los presida un líder de izquierdas. Lo de revelarse contra la dictadura del mercado parece sacado de los discursos de los sindicalistas. No conozco ningún país próspero que tenga como objetivo superar, minimizar o maniatar la dinámica de los mercados. Último apunte: todos los que introducen en sus discursos el término “repensar”, dejan las soluciones para otros.