PP y Foro han solicitado la convocatoria de un pleno de la Junta General del Principado para reprobar a Pedro Sanjurjo, como presidente de la Cámara. Ambos partidos recuerdan que la mayoría de los portavoces quería celebrar un pleno sobre educación y sanidad y Sanjurjo lo impidió. En el proceder del presidente aprecian un comportamiento parcial y antidemocrático.

PSOE e IU se van a negar a la reprobación que pide el centro-derecha, porque en su momento estuvieron de acuerdo con las explicaciones dadas por Sanjurjo, a saber, que la agenda parlamentaria del mes ya estaba pactada cuando la oposición pidió el pleno sobre sanidad y educación, y que las comparecencias de los consejeros no dejan un hueco para organizar más plenos. PP y Foro, por un lado, y POSE e IU, por el otro. La reprobación queda en manos de Podemos. Los diputados de este grupo darán o quitarán razones a derecha e izquierda. En principio, Podemos no va a apoyar la iniciativa; Emilio León tiene quejas sobre el proceder de Sanjurjo, pero considera que “no es el momento de destruir, sino de pactar para construir”. El portavoz de Podemos, mateíno confeso, está imbuido del espíritu de la “Perdonanza”. ¿Qué decir de todo esto?

Hay que resaltar la unidad de acción de PP y Foro. Tras cuatro años de combate fratricida los dos grupos del centro-derecha actúan unidos como si fuesen formaciones gemelas. Hace tres o cuatro meses no hubiésemos creído que una iniciativa parlamentaria pudiese estar impulsada, al unísono, por Mercedes Fernández y Cristina Coto. Un cambio que podemos calificar de milagroso, porque nadie se tomó la molestia de explicarlo. La guerra del centro-derecha ha terminado sin que haya un acta donde conste la firma de la paz. Entrando en la cuestión. Me parece un poco fuerte que a los tres meses de iniciar la legislatura se censure al presidente del Parlamento por no introducir un pleno en una agenda parlamentaria que ya estaba cerrada. ¿Hay algo escabroso en un debate sobre la gestión de la sanidad y la educación, que Sanjurjo quisiera tapar? Todo indica que no. Creo que la actuación del político gijonés, durante el debate de investidura, fue manifiestamente mejorable, dejando a Jesús Gutiérrez intervenir fuera de los turnos de palabras pactados y sin llamar al orden a Lastra cuando hizo la intervención más lamentable que se recuerda. Ahora bien, si se le reprueba que sea por motivos consistentes, no por armar lío.