La problemática de la industria electrointensiva es el tema más candente de la campaña electoral en Asturias. El precio de la electricidad está por las nubes, en comparación con otros países europeos, y el Gobierno ha aprobado un plan de cierre de térmicas y centrales nucleares que compromete la calidad del suministro energético e impide un descenso del coste eléctrico. A las plantas de Alcoa, Asturiana de Zinc y ArcelorMittal les afecta de lleno esta cuestión. Particularmente a Alcoa, sobre la que pende la espada del cierre empresarial si no se encuentra comprador para las factorías. Las centrales sindicales han advertido que es fundamental aprobar un estatuto para las industrias electrointensivas que contenga medidas específicas para rebajar el coste del suministro eléctrico, haciendo más atractiva la compra de las plantas para las empresas interesadas en hacerse con los activos industriales. La ministra, Reyes Maroto, prometió que el Consejo de Ministros aprobaría el citado estatuto antes de que se celebraran las elecciones.
En esas estábamos, cuando la delegada del Gobierno, Delia Losa, anunció ayer que no se va a aprobar el estatuto en el último Consejo de Ministros de la legislatura, porque la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia ha planteado objeciones sobre la seguridad jurídica del estatuto. No es un informe vinculante, pero el Gobierno ha decidido actuar como si lo fuera, al detener la aprobación. Dentro de dos meses expira el plazo concedido por los propietarios de las factorías de Alcoa para venderlas. De no materializarse la compraventa, los dueños marcharán para su casa y el solar quedará yermo. Si la situación era muy delicada, con el contratiempo surgido la situación se vuelve límite.
Delia Losa tiene una visión mucho más optimista. La delegada del Gobierno dice que hay tres potenciales compradores que ya han dicho que no precisan de la aprobación de un estatuto para industrias electrointensivas. Que «no afecta a su interés». Espectacular. El consumo eléctrico supone el 40% del coste de fabricar aluminio primario, y a los futuros compradores no les importa rebajar la factura. Van de sobraos. De ser cierto, en vez de constituir un alivio, representa un motivo añadido de preocupación, ya que su plan de futuro no pasará por recuperar la electrolisis y fabricar aluminio, sino por achatarrar la factoría o algo similar. Con elecciones el domingo, alguno corre el riesgo de electrocutarse.