A lo largo de la campaña electoral hemos observado la rica oferta de subsidios sociales, en algunos casos elevados a la categoría de renta. Sin embargo de empleo se habló poco. Tenemos una mentalidad tan conservadora que preferimos ponernos la venda de las ayudas sociales, de forma anticipada, dando por perdida la lucha por el empleo. Lo que importa para un sector importante de la clase política y para parte de la sociedad asturiana es que haya flotadores sociales. La inversión, la producción, el empleo y la generación de excedente los dejamos para otros territorios, que ya nos retornarán sus frutos por la vía de los flujos del Estado hacia Asturias. Debe de ser un buen ejemplo de economía solidaria que tan agradable resulta a los oídos del elector. Por eso en el ratio de producción per cápita salimos mal parados, al compararnos con otras regiones, pero en renta per cápita estamos bien situados. Aquí hay dinero, otra cosa es que gran parte nos venga de fuera.

La otra noticia negativa es el retraso en la aprobación del estatuto para las industrias electrointensivas. La ministra de Industria anunció que estaría listo para antes de las elecciones y no ha cumplido la promesa. El borrador del estatuto apenas aportaba recursos para las factorías asturianas. Es todo muy raro. Hacen un texto que engloba a cientos de industrias, cuando las que consumen energía de manera intensiva son unas pocas (hiperelectrointensivas). Ponen escaso dinero sobre la mesa y lo reparten entre muchas empresas. Luego, aseguran que mejorarán el estatuto y la normativa queda en vía muerta. Alcoa necesita ya el nuevo marco de ayudas para que los potenciales inversores den un paso al frente y compren la empresa ¿Influirá esta desdichada historia en las urnas?