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Juan Neira

LARGO DE CAFE

EL GOBIERNO, BAZA ELECTORAL

Nadia Calviño, ministra de Economía en funciones, viajó a Asturias para conocer los monumentos prerrománicos (se hizo foto junto a Santa María del Naranco, el ‘Partenón’ del arte asturiano) y visitar el centro de I+D de Thyssen. De esta forma inocente se desvela cuál es la estrategia del PSOE para ganar por goleada las elecciones europeas, autonómicas y municipales: gira del presidente y los ministros por todas las provincias convirtiendo la triple cita electoral del día 26 en una segunda vuelta de las elecciones generales. Con el argumento de que hay que completar el trabajo realizado el pasado 28 de abril y apoyados en una nueva entrega de la serie ‘El Miedo a la Extrema Derecha’, están dispuestos a vencer en las urnas dentro de diez días. A Pedro Sánchez y a su equipo se les puede criticar su acusado oportunismo, la utilización electoral del Boletín Oficial del Estado, la facilidad con que se rodean de compañías peligrosas o cierta carencia de sentido de Estado, pero no se les puede negar que han acertado al trazar su estrategia para hacerse con el poder. Encabezaron la moción de censura con la idea de cambiar la correlación de fuerzas desde el Gobierno, cuando eran el cuarto partido en las encuestas. Están a punto de completar el plan y para ello aciertan con la táctica de utilizar al presidente y a los ministros como elementos clave para vencer en ayuntamientos y cámaras autonómicas. El PSOE va a ganar y los demás partidos están en la clave de minimizar daños o en batallas particulares como la de convertirse en líder de la familia de la derecha.

Calviño dijo lo que querían oír los asturianos: el Gobierno defiende la implantación de un arancel ambiental para evitar la competencia desleal de las industrias que operan en países donde no se tienen en cuenta las emisiones de CO2. Lo cierto es que a día de hoy el Gobierno no ha cumplido con su promesa de aprobar un estatuto para la industria electrointensiva, que es una herramienta fundamental para evitar cierres y deslocalizaciones, ya que las empresas competidoras de nuestros principales socios europeos pagan un precio por suministro eléctrico sensiblemente más bajo. Las industrias de China, Rusia, Turquía, etcétera, utilizan prácticas ventajistas, sociales y medioambientales, pero en los últimos años, Alemania y Francia también tienen ventajas comparativas con respecto a España por las tarifas eléctricas. Me conformaría con que esto último lo resolviera Sánchez a la mayor brevedad.

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por JUAN NEIRA

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