Ahora es necesario comprobar que los anuncios de la ministra no están sesgados por la coyuntura electoral. La raya que separa dos ciclos políticos pasa por el domingo día 26. Hasta entonces, los partidos están a la espera de las opiniones de decenas de millones de españoles que participarán en las elecciones. A partir de ese día, los nuevos cargos electos tienen ante sí un largo mandato que los pone al abrigo de las veleidades de la opinión pública. En las cuatro semanas que van desde el 28 de abril al 26 de mayo, Las Cortes Generales, doce comunidades autónomas y más de 8.100 ayuntamientos estrenan un nuevo ciclo, y es necesario atar los compromisos porque luego si te vi no me acuerdo.

Sobre las ofertas de compra de las factorías de Alcoa me extraña que los trabajadores, a través de los sindicatos, no sepan todavía cuáles son las empresas que están interesadas en hacer una importante inversión para retomar la fabricación de aluminio primario. Hay que tener en cuenta que los trabajadores, con sus movilizaciones, han logrado mantener vivas las plantas con respiración asistida, razón suficiente para que conozcan la personalidad de los potenciales compradores que presentaron ofertas. No se trata de satisfacer la curiosidad de nadie, sino de participar en una tutela activa del proceso. ¿Todos los empresarios interesados por las plantas quieren fabricar aluminio o buscan hacerse con los activos empresariales para darles otra finalidad? Estas incógnitas deberían resolverse antes del próximo domingo: nombres y planes. En cuanto al estatuto, un instrumento que según Teresa Ribera no les importa a los compradores de Alcoa –si es verdad, mal indicio– deberían entregar ya un borrador a empresarios y sindicatos.