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Juan Neira

LARGO DE CAFE

SANCHISTAS DE PRIMERA HORA

José Luis Ábalos hizo una visita a Asturias, recalando en Gijón, Oviedo y Langreo. El ministro de Fomento es el miembro más político del Gobierno de Pedro Sánchez. El Ejecutivo socialista no tiene obras propias que visitar, pero cuando se tiene fibra política la ausencia lógica de realizaciones (menos de un año en el cargo) se compensa con discursos ilusionantes, complicidades y fotos. Desde el solarón, todo un pulmón verde en el centro de la villa de Jovellanos para solaz de niños, ancianos y perros, Ábalos dijo que había resuelto en diez meses lo que no se había hecho en diecisiete años. Se refería al plan de vías, el mayor proyecto gijonés en décadas, que conlleva una inversión de 814 millones, de los cuales, 614 los aportará el gestor de infraestructuras ferroviarias (Adif), que es tanto como decir el Gobierno. El resto lo pagarán el Principado y el Ayuntamiento de Gijón. En realidad, el asunto quedó encauzado entre las tres administraciones antes de que Ábalos fuera ministro, y se aprobó en el seno de Gijón al Norte, sociedad creada para desarrollar el plan de vías. El Gobierno de Rajoy también jugó un papel clave en el actual modelo del plan de vías, aunque para ser ecuánime a la hora de repartir méritos y deméritos, hay que decir que durante cinco años no hizo absolutamente nada. En resumen, un trabajo de muchos al que le falta todo: hacer la obra. Casi nada.

En Oviedo el ministro se acercó a ver el puente de Nicolás Soria, cuyas obras por 3,8 millones se iniciarán en otoño. Se amplía el puente para mejorar la accesibilidad a Ciudad Naranco. Hace sesenta años ese puente estaba como ahora. Era una zona a medio hacer en la que ha cambiado casi todo. Hasta el río que pasaba por la falda del Naranco fue soterrado, por utilizar la terminología de Adif. Ábalos visitó Langreo y apoyó las ideas urbanísticas de los vecinos: 814 millones en Gijón, 3,8 en Oviedo y consenso social en Langreo. Todo suma para las elecciones autonómicas y municipales del domingo.

Durante el largo periplo, Ábalos estuvo acompañado por Adriana Lastra y Adrián Barbón. Adriana y Ábalos fueron los dos primeros guerrilleros de Sánchez que le apoyaron tras ser derrotado en el Comité Federal. Ellos formaron el embrión del ‘ejército sanchista’. Adrián Barbón es uno de los más destacados dirigentes regionales que apostó por Sánchez. La victoria de los sanchistas en Asturias, la tierra gobernada por el presidente de la gestora, tuvo un mérito especial. Un trío de la primera hornada.

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por JUAN NEIRA

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