Se celebran en Oviedo unas jornadas de trabajo sobre la situación actual y perspectivas de futuro de los cuidados de larga duración y el envejecimiento activo. La inauguración corrió a cargo de la consejera de Bienestar del Principado, Melania Álvarez, el alcalde, Alfredo Canteli, y el presidente de la Cámara de Comercio de Oviedo, Carlos Paniceres. En el sector hay una acertada participación público-privada; las tres cámaras asturianas firmaron un convenio con el Principado que es pionero a escala nacional.
La consejera aportó algunos datos que sirven para dimensionar el problema. Hay 13.000 personas en residencias geriátricas y otras tantas reciben ayuda a domicilio. Para el año 2030 se estima que serán, en conjunto, 40.000 personas. El Principado ha gastado en esta legislatura 1.000 millones de euros en las prestaciones de la Dependencia. Para dentro de siete años harán falta 12.000 profesionales, sólo, para la ayuda a domicilio. En la actualidad no hay, prácticamente, trabajadores sin emplear. La consejera sacó conclusiones de las cifras: «Asturias se consolida en Europa como centro de envejecimiento activo». Los promotores de las jornadas valoraron que el sector sociosanitario moverá la economía regional a medio plazo. Carlos Paniceres estima que «el sector crecerá dos dígitos en los próximos años».
Los datos y las declaraciones sugieren dos líneas de reflexión. La primera tiene que ver con el esfuerzo a realizar para satisfacer una demanda creciente. Hay que dedicar muchos más recursos humanos y materiales para atender a la gente impedida. La región de la tercera edad debe tener unos servicios a la altura de esa realidad. Hay que habilitar a muchos más profesionales, para ello hace falta más gente que los instruya, centros de estudio, así como más geriátricos, centros de día, etc. Hay que huir de la tentación de creer que todo eso lo puede resolver el Principado. De esa forma crecen las listas de espera, con ofertas muy por debajo de las demandas. En el caso de la tercera edad la espera prolongada termina en muerte.
La otra reflexión tiene que ver con la financiación. ¿Cómo se paga todo esto? Si tenemos unos servicios muy destacados, si somos una región de referencia en la materia, podremos llegar a captar demanda del exterior y por ahí entrarán recursos. La economía de un geriátrico es como la de un hotel. No obstante, sería bueno que vayamos pensando en tener una economía más productiva para poder financiar, vía impuestos, unos servicios sociales que crecerán sí o sí.