Desde Gijón, Adrián Barbón volvió a referirse a su proyecto de reforma de la Ley Electoral para crear una cuarta circunscripción que aglutine a todos los ciudadanos que viven fuera de España y tengan derecho a participar en las elecciones autonómicas asturianas. De lograr su aprobación en la próxima legislatura, habrá cuatro circunscripciones en Asturias: Central, Oriental, Occidental y Asturianos en el Exterior. Es curioso que a los asturianos que vivimos, trabajamos, pagamos impuestos y consumimos en la región, a la hora de votar nos separen en tres territorios, cada uno con sus propias listas de candidatos a diputados. Sin embargo, a un amplísimo grupo de ciudadanos diseminado por el ancho mundo, algunos asturianos y otros nacionales de otros países, incluidos en el censo electoral porque uno de sus cuatro abuelos fue un exiliado asturiano, los juntan y crean para todos ellos una circunscripción. Da igual que estén en Austria o en Australia, que vivan en Colombia o en Polonia, el caso es que la política del Principado los va a agrupar y poner bajo la dirección del diputado que van a elegir entre todos ellos, bien separado de los otros 44 que elegimos los asturianos que pagamos con nuestros impuestos toda esta fiesta.
Lo más llamativo de la intervención del presidente del Principado estuvo en la justificación de la cuarta circunscripción. Tras recordar lo obvio, que hay asturianos fuera de España por razones de trabajo, se refirió a los exiliados y a su comportamiento leal a la República, enlazándolo con los descendientes del exilio; señaló que, para hacer justicia, al derecho a votar que ya tienen se va a añadir el derecho a tener un representante asegurado en la Junta General del Principado. Así aportamos desde el Principado una novedad al constitucionalismo, al crear el derecho a tener un trato preferencial en las elecciones por el comportamiento meritorio de un abuelo. Si entramos por esa senda, acabarán llegando nietos de brigadistas internacionales, desde cualquier parte del mundo, y también obtendrán prima electoral.
Recuperemos el sentido común. Por culpa de la Ley de Memoria Democrática tenemos un problema en el censo electoral, que está creciendo a pasos agigantados con nacionales de otros países que no tienen vinculación real con Asturias. Si además creamos una circunscripción artificial para asegurar que estarán específicamente representados en el Parlamento por razones históricas, el resultado de las urnas estará sesgado.