Las encuestas electorales, realizadas por GAD 3 para EL COMERCIO, sobre las elecciones en los ayuntamientos de Gijón y Oviedo preludian un domingo electoral apasionante, donde todo puede depender de un concejal: el signo ideológico que gobierne en el consistorio gijonés y la mayoría absoluta o simple de la que disfrute el PP de Canteli en la capital.
La disputa electoral en Gijón es la más competida entre los principales ayuntamientos de la región. Del sondeo se deduce que el PSOE ganará los comicios, pero lo que está en juego es la Alcaldía de la villa, donde la derecha lleva una ajustada ventaja.
Respecto al mandato que finaliza, el PSOE pierde uno o dos ediles; Podemos e IU se mueven entre repetir la marca o perder un concejal, lo que en el caso de IU supondría quedar fuera del Consistorio por primera vez en 44 años de corporaciones democráticas. Los tres partidos de la izquierda pierden porcentaje de voto y pueden ceder, en conjunto, entre uno y tres ediles. El hecho de que Podemos, en plena crisis interna y con una aspirante a la Alcaldía muy poco conocida, casi mantenga la cuota electoral de hace cuatro años, indica que la hemorragia de la izquierda tiene mucho que ver con los avatares del Gobierno de coalición PSOE-IU en el último mandato. Podemos se mantuvo al margen.
Los desencuentros del equipo de gobierno, presidido por Ana González, con la sociedad lastran las expectativas del PSOE e IU. El largo conflicto con el Grupo Covadonga, las valoraciones ideológicas sobre la Universidad Laboral, la clausura precipitada de los espectáculos taurinos, la absurda ordenación del tráfico en la Avenida de Rufo Rendueles, con el estrafalario cascayu, son los ejemplos más relevantes de una política de hechos consumados que irritó a muchos gijoneses. La candidatura socialista de Floro, de distinto talante, trabaja a contracorriente. Lo mismo le sucede al candidato de IU, Suárez Llana, que pugna por ser concejal tras la conflictiva gestión de Aurelio Martín.
En la derecha, la vuelta de Carmen Moriyón a la política local ha sido bien recibida en los sondeos, al colocarse Foro como segundo partido más votado tras el PSOE. El recuerdo de sus dos mandatos como alcaldesa, como un tiempo tranquilo, sin imposiciones, sirve de contrapunto a lo vivido en los últimos años.
Muy notable es el crecimiento del PP que dobla en el sondeo el número de concejales que tenía. Empata con Foro o les separa un concejal. Juega a favor de la candidatura encabezada por Ángela Pumariega el viento de cola que empuja al PP a escala nacional. Le favorece al igual que a la candidatura autonómica liderada por Canga, aunque en el caso gijonés es un incremento superior, del 100%. Se repartió con Foro los cuatro escaños de Ciudadanos.
Vox volverá a sacar dos concejales, que son tan importantes como los que tienen Foro o el PP para recuperar el gobierno de la ciudad para la derecha. Engarzar las tres minorías (Foro-PP-Vox) con programas dispares, requerirá de un trabajo de fina orfebrería.
El PSOE es el partido que más se juega en las elecciones; actuó con audacia al abrir el proceso de las primarias y le salió bien, pero ahora necesita retener el gobierno, porque perderlo a los cuatro años de recuperarlo es un desastre. Yo pensaba que iban a arriesgar más en la campaña; sólo les quedan seis días. Un concejal, arriba o abajo, decide.
En Oviedo, la encuesta demuestra que la izquierda está estancada. Después de criticar cada paso que da el alcalde, tienen los mismos ediles que hace cuatro años. Siguen en el registro de la derrota: once concejales. El PSOE tenía ocho y se queda con ocho. Podemos baja de tres a uno, entregando los dos que pierde a IU (Convocatoria por Oviedo). La apuesta de la dirección de IU por situar a Gaspar Llamazares en el Ayuntamiento va a ser bien acogida por el electorado. Que a la izquierda del PSOE haya líderes con sentido institucional es un avance.
Entre las dos encuestas, Gijón y Oviedo, hay sólo un ganador personal: Canteli. El alcalde sin carné del PP encabeza una candidatura que tendrá más concejales que las tres fuerzas de la izquierda juntas. Se blinda de censuras. El PP con Canteli queda a un edil de la mayoría absoluta. Hay que retrotraerse al año 2007 para encontrar al PP de Oviedo con más de 13 concejales.
Vox aumenta su representación. La desaparición de Ciudadanos provocó un reparto desigual: cuatro ediles para el PP y uno para Vox. Puede ser decisivo el partido de Abascal uniendo sus votos a los de la izquierda, como ya hicieron en el anterior mandato, aunque esa política de obstrucción no le daría beneficios a largo plazo. En cualquier caso, los dos grupos de la derecha deberían llegar a acuerdos por responsabilidad institucional.
Vaticinio. Va a ser más fácil de gobernar el Ayuntamiento de Oviedo que el de Gijón. En la política asturiana todo lo que dependa de pactos resulta problemático. Aunque estamos hablando de encuestas parece que la foto de Oviedo está asentada, mientras que en Gijón hay partido, siempre que el PSOE no baje los brazos.
Si se traducen los sondeos a papeletas, Adrián Barbón presidirá el Principado y tendrá dos interlocutores en los ayuntamientos de Gijón y Oviedo con los que se lleva la mar de bien. Para un hombre que se graduó en política con el SOMA, no es extraño que los votos coincidan con sus alianzas. Como en los viejos tiempos del carbón, al votar ganamos a los de fuera y a la minoría que tenemos en casa.