Las reglas fiscales que deben cumplir los 27 países de la Unión Europea vuelven a estar operativas. Al extenderse la pandemia por Europa la disciplina fiscal quedó orillada y cada país pudo decidir sobre el déficit público y la deuda sin cortapisas. Como las circunstancias han cambiado, vuelve Bruselas a controlar el cuadro macroeconómico de los países. Los principales objetivos están vigentes desde el Tratado de Maastricht, que entró en vigor en noviembre de 1993. El déficit público no debe superar el 3% del PIB y la deuda pública tampoco puede exceder el 60% del PIB. Cuando un miembro de la UE tiene un déficit o una deuda que sobrepasan los límites fijados, pacta con la Comisión Europea un plan de ajuste que puede prolongarse durante varios años.
Para este año, el techo de gasto impuesto por Bruselas a España es del 2,6%. Siguiendo la Ley de Estabilidad Presupuestaria, el Gobierno de Pedro Sánchez también se había fijado como objetivo el 2,6%, con una pequeña diferencia: en el sistema de cálculo del Ejecutivo no se contabiliza el gasto en pensiones, en el de Bruselas, sí. A mitad de año, el gasto de la Administración central tenía un aumento del 4,8% sobre 2023. En las comunidades autónomas el crecimiento del gasto era del 6,7% y en los ayuntamientos del 7,3%. En el caso de Asturias, la Airef avisó en abril que podía cerrar el ejercicio con un exceso del 5% sobre el gasto del pasado. Una vez analizados los primeros cuatro meses, el pronóstico de la Airef sobre el Principado todavía es más pesimista, al avisar de que cerrará el año con un 9% de exceso de gasto. Ante una divergencia tan grande con el objetivo fijado (2,6%), la Autoridad Fiscal insta al Ejecutivo a tomar medidas preventivas que se concretarían en exigir al Principado que en un mes presente medidas de ajuste.
¿Qué está pasando? Tuvimos unas reglas fiscales durante veintisiete años y en un momento determinado se desvanecieron. A la vez, los países de la UE recibieron el maná de los fondos Next Generation, siendo España el segundo país perceptor (163.000 millones), por detrás de Italia (194.000 millones), con el detalle añadido de que casi la mitad del dinero se recibe en concepto de fondos no reembolsables. Con otras palabras, la mayor ocasión de la historia para gastar sin freno, porque no hay reglas y la UE nos llenó los bolsillos de euros. El desmadre es brutal, pero parece que todavía no llegó el momento de hablar de ello. Asturias, y el resto de regiones, padece colesterol, hipertensión y tabaquismo. Toca dieta de Bruselas.