Ovidio Zapico es un paisano discreto, serio, trabajador, responsable, ajeno a toda impostura, con vocación de persona anónima, que por circunstancias de la vida ejerce de coordinador general de IU y consejero de Ordenación del Territorio, Urbanismo, Vivienda y Derechos Ciudadanos en el Gobierno de coalición. Su olfato de hombre de campo le sirve para desenvolverse entre las mayúsculas de los cargos. En la entrevista que se publica en estas páginas opina sobre la coyuntura asturiana, abriendo un amplio espacio para la crítica y la discrepancia. Vamos a ello.
Al margen de ideologías, cualquier fenómeno se observa de manera distinta cuando se está las instituciones o en la calle. Ejemplo. Al plantearle la cuestión del impulso demográfico, que constaba en el pacto del Gobierno entre PSOE e IU, Zapico resalta que “Hay una ley. Tenemos una parte importante del trabajo hecho”. Es difícil encontrar a un ciudadano que diga que frente al declive demográfico ya hay en Asturias una parte importante del trabajo hecho. Las leyes tienen una taumaturgia especial cuando se gobierna, pero no cuando se es gobernado.
Oficialista
Lo mismo sucede cuando sale a colación la Alianza por las Infraestructuras: “Bueno, la Alianza está firmada”. La Alianza por las Infraestructuras se fundó en 2017 y desde entonces no hizo otra cosa que languidecer. Casi dejó de haber reuniones (una al año), y los esperados debates entre miembros de partidos, sindicatos, organizaciones empresariales o municipales se sustituyeron por monólogos interminables del representante del Gobierno. La firma, por sí misma, no aporta nada, aunque desde una visión oficialista puede ser un avance cualitativo.
Al hablar de infraestructuras, Zapico dice lo siguiente: “Creo que en este año pasó algo muy importante para Asturias, la apertura de la variante de Pajares. Eso supuso una revolución en las comunicaciones”. Estas frases se las hemos oído más de una vez a Adrián Barbón, así que al verlas repetidas comprobamos que estamos ante el núcleo del discurso político del Principado: todos los desastres en infraestructuras quedan borrados por obra y gracia de la variante de Pajares. Una obra en la que el Principado no aportó ni una traviesa, trata de venderse como la solución a los males. Para alguien que vive en las cuencas, como Barbón o Zapico, debería ser muy difícil calificar de revolución un sistema de transporte que tarda más de una hora en ir de Lena a Gijón.
Área metropolitana
Como consejero de Ordenación del Territorio, una parte de la entrevista gira en torno al área metropolitana. Ovidio Zapico asegura que la “Asturias política es apática con la idea del área metropolitana” Remarca que ni la Asturias política ni la estructura municipal creen en la idea de área metropolitana y, añade, “me preocupa mucho”. El intento por desarrollar el último invento, Áreas de Colaboración Intermunicipal (ACIs), está costando mucho.
Vamos a ver. La historia de la gestación del área metropolitana es muy larga (empezó en los años sesenta con el “ocho asturiano”), pero en 2019, justo antes de llegar Adrián Barbón al poder, se había redactado el convenio marco de colaboración del área metropolitana, firmado por el Principado con los seis ayuntamientos más poblados de la región, con la excepción de Oviedo.
Con el nuevo Gobierno la consideración sobre el área metropolitana cambió. El consejero, Alejandro Calvo, al gestionar las competencias de ordenación del territorio, afirmó que el área metropolitana no debía de ser “un club de ayuntamientos”, sino que debía “ir a una geometría variable” en la que jugaría un papel el medio rural, demostrando palmariamente que no sabía que un área metropolitana es, por definición, una región urbana, estructurada por ciudades. En conclusión: el proyecto de área metropolitana no fracasó, sino que se lo cargó un grupo con mentalidad netamente ruralista, incompatible con cualquier proyecto territorial basado en la asociación entre ciudades.
El proyecto alternativo, lanzado por Ovidio Zapico, las Áreas de Colaboración Intermunicipal (ACIs), no avanza por tres razones: no pasa de ser una recreación de las mancomunidades (municipios que se unen para llevar a cabo servicios y proyectos en común), es ampliamente desconocido y está pensado para el 18% de la población que vive en la zona rural. Por otra parte, la captación de fondos europeos a través de asociaciones territoriales, preocupación de Ovidio Zapico, es una realidad a partir de entes que sumen más de 500.000 habitantes. En resumen, la revisión de la ordenación territorial tiene que hacerse sobre otras bases y con otros objetivos.
Prioridades
Al explicitar las prioridades de la agenda política, Ovidio Zapico señala a la vivienda, las políticas sociales, las industriales y “todo lo que tiene que ver con las políticas del medio rural”. Y va más allá: “tenemos que desarrollar en el marco del acuerdo un pacto social por el medio rural”. Estoy convencido de que esa música le suena bien al presidente Barbón, así que el pacto por el medio rural puede llegar a ser la estrella del próximo curso político. Yo siempre pensé que el medio rural aguantará mientras haya una base de explotaciones ganaderas rentables.
En una entrevista larga, como la que hoy se publica, Zapico muestra ideas controvertidas y valores de obligado respaldo. Por eso le compraría un coche usado, sin dejar de discutir.